BARCELONA, 16 (EUROPA PRESS)
Las atletas Nikki Hamblin y Abbey D'Agostino han protagonizado este martes la segunda serie de la primera ronda de la prueba de los 5.000 metros en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, pese a entrar penúltima y última respectivamente, y es que han sido repescadas para la final tras irse al suelo y ayudarse y animarse mutuamente para acabar enarbolando los valores del olimpismo.
En una prueba que dominaba con autoridad la etíope Almaz Ayana, flamante campeona de la medalla de oro en los 10.000 metros en Río y que acabó ganando la serie, se fueron al suelo la neozelandesa Nikki Hamblin y la estadounidense Abbey D'Agostino al chocar la primera con otra rival y llevarse de por medio en su caída a la estadounidense.
Lejos de recriminarse o de seguir corriendo luchando por estar en la final de los 5.000 metros, la estadounidense se quedó a ayudar a quien la había tirado en una acción totalmente fortuita, y levantó a Hamblin antes de continuar.
Y ahí se dio cuenta D'Agostino que tenía dolor en su rodilla, tanto que se tuvo que tirar de nuevo al suelo con gestos de dolor. Hamblin, que sí tenía fuerzas para continuar de inmediato, le devolvió el gesto y no solo la ayudó preocupándose por su estado sino que la animó a seguir corriendo para terminar la prueba.
Un gesto con el que rememoraron los valores del deporte olímpico, sacando la mejor parte del deporte, y con el que se hicieron protagonistas en las redes sociales. Hamblin entró penúltima en meta con un tiempo de 16:43.361, más de minuto y medio después que Ayana, mientras que D'Agostino, que entró con síntomas de dolor, firmó un 17:10.02.
Tiempos que, pese a dejarlas fuera de la final, para nada serán recordados una vez que la organización ha decidido repescarlas y, si están en óptimas condiciones físicas pues D'Agostino necesitó la silla de ruedas tras cruzar la meta, podrán disputar la final en el estadio olímpico de Río de Janeiro.
Las dos acabaron su prueba de primera ronda antes de fundirse ambas en un abrazo final que puso al público en pie. Una imagen que, junto a la de la ayuda mutua para no ceder ante el dolor y los contratiempos, serán su legado en esta cita olímpica suceda lo que suceda en la final.