ROMA 27 (EUROPA PRESS)
El Papa Pío X fue en el año 1908 promotor de los Juegos Olímpicos cuando Roma, tras una grave crisis económica, renunció a las Olimpiadas que fueron finalmente celebradas en Londres, y el inventor de los Juegos, el francés Pierre De Coubertin, pidió ayuda a la Santa Sede para promoverlos, siendo el mismo Pío X quien le ofreció su apoyo.
Así lo recoge Antonella Stelitano en el libro 'Pío X y el deporte' en el que relata algunos de los momentos de la historia de las Olimpiadas y su conexión con la Santa Sede.
Según ha explicado Stelitano a Radio Vaticana, la primera década del siglo XX era una época en la que menos del uno por ciento de la población hacía deporte y quien lo practicaba lo hacía como adiestramiento militar o como pasatiempo de la clase noble. Sin embargo, el Papa Pío X vio en el deporte una forma de educar a los jóvenes.
"San Pío X vio la posibilidad de que el deporte fuera educativo. Una forma de acercar a los jóvenes, para que estando juntos siguieran una reglas y respetaran al adversario. Creo que entendió que era posible hacer que las personas estuvieran juntas de una forma muy simple, unirlas sin problemas de raza, religión o ideas políticas diferentes", ha apuntado.
Además, ha recordado que, ante la dificultad de comprender la gimnasia en esos años, el Papa San Pío X habría dicho a uno de sus cardenales: "Muy bien. Si no entienden que es algo que se puede hacer, me pondré yo a hacer gimnasia delante de todos, así verán que si la hace el Papa, la puede hacer todo el mundo".
Cien años después y por tercera vez, Londres será la anfitriona de las Olimpiadas. La XXX edición de los Juegos Olímpicos será inaugurada esta noche en la capital británica.