EDIZIONES, 19 abr.
Calzándose unos patines fabricados por su padre y que estrenó en plena Segunda Guerra Mundial, allá por el año 1943, Lyubov Morekhodova, una mujer, de 76 años de edad, recorre con la destreza propia de los años de experiencia el hielo que el invierno ha ido cubriendo sobre el lago Baikal, el lago más profundo y antiguo del mundo, situado en la región sur de Siberia, Rusia.
Lyubov nació en Shara-Togot ulus, a orillas del lago, y aprendió a patinar cuando tenía 7 años. Está más que acostumbrada a recorrer largas distancias deslizándose sobre el hielo que está presente en el lago durante los 5 largos meses del invierno. Lo hace para prácticamente todo: viajar a la ciudad a buscar provisiones, sacar agua del lago, e, incluso, para guiar a su ganado.
Esta pensionista y ex ingeniera de tecnología está lejos de jubilarse. Ella es feliz estando donde está y dedicándose a su pequeña granja compuesta por vacas, perros, un gato, algunos gallos y gallinas, toros y terneros.
Todas los días se despierta a las 5:30 de la mañana para alimentar a las vacas y llevarlas a los pastos.
Desde que su marido murió en 2011, su familia ha querido llevársela a la ciudad para cuidarla pero ella prefiere su vida en el lago y disfrutar de su familia, sus hijos y sus nietos cuando vienen a visitarla cada verano. Le da, dice, felicidad y buen humor.