Estamos en época de "BBC": bodas, bautizos y comuniones y se nota. Con la llegada del buen tiempo, las parejas se animan a casarse y aprovechan los cielos despejados para inmortalizar en un álbum de fotos los mejores momentos del que será uno de los mejores días de sus vidas.
La fotografía en esta modalidad también sigue modas. Hoy en día, todo álbum de bodas que se precie debe tener en él por lo menos dos instantáneas no aptas para diabéticos: la foto de los novios dándose un paseo por la playa agarrados de la mano, y esa otra en la que la novia echa una dulce mirada hacia atrás mientras corre por un prado verde.
Llegados a este punto, hay que decir que para gustos los colores y que cada uno es libre de fotografiarse de la manera que quiera. Y de eso saben bien los rusos que llevan todo al extremo. Mirad.
Así presentan los rusos a la novia.

O así se presenta ella.

En un álbum de bodas ruso no puede faltar una foto de los novios tocando el acordeón y la trompeta.

Lo que os decíamos.

Allí también hay novias chonis.

La versión rusa de la foto que hablábamos antes, la de corretear por el prado verde.

En Rusia no cogen a la novia en brazos, cogen el coche con la novia y su padre dentro.

Centauros. Debe ser la moda allí porque si no, no hay explicación.

No entendemos muy bien el porqué de esta foto.

Ni de esta.

En Rusia, las explosiones y los transformer son signos de buen augurio.

Así se hace un brindis.

Y así se posa con la comida.

Posiblemente los protagonistas de la instantánea pertenezcan al elenco de "El lago de los cisnes" oiga.

Los recién casados no pueden esperar a la noche de bodas y esto es lo que pasa
