EDIZIONES, 30 oct.
"Mi vida merece la pena ser vivida".
La semana pasada, el actor y defensor del Síndrome de Down, Frank Stephen, habló para el Subcomité de Trabajo, Salud y Servicios Humanos y el Comité de Educación en relación al aborto y, específicamente, a quienes abortaban fetos diagnosticados con Síndrome de Down.
"Soy un hombre con Síndrome de Down y mi vida merece la pena ser vivida", afirmó drásticamente durante la audiencia del comité el pasado miércoles.
Stephens se refirió a un reciente informe que indica que casi el 100% de los bebés por nacer con Síndrome de Down son abortados en Islandia, y también mencionó las altas tasas de despido en Dinamarca y Corea del Sur por el mismo motivo. Stephens calificó esta tendencia de "profundamente prejuiciosa" y parte de "una idea obsoleta de la vida con Síndrome de Down".
Su discurso completo ha sido ampliamente difundido en redes sociales en estos últimos días y sus declaraciones han calado hondo en la sociedad planteando el debate.
En sus palabras, Stephens dice:
"Es difícil para mí sentarme aquí y decir estas palabras. Entiendo completamente que las personas sientas el impulso de esta particular "solución final" (refiriéndose al aborto), pero están diciendo que personas como yo no deberían existir. Pero para todos aquellos que cuestionan el valor de la vida de las personas con Síndrome de Down, señalaría algunos puntos:
Primero, Somos un regalo médico para la sociedad, un plan para la investigación médica sobre el cáncer, el Alzheimer y los trastornos del sistema inmunológico. En un plano profundamente personal, no puedo decirte lo mucho que significa para mí que mi cromosoma extra pueda conducir a la respuesta al Alzheimer. Es probable que un día este ladrón (refiriéndose al Alzheimer) robe mis recuerdos, borre mi memoria. Esto es muy difícil de decir, pero ya ha comenzado a robar la de mi madre".
El objetivo de este discurso no es otro que pedir al comité del Congreso que aumente los fondos para la investigación del Síndrome de Down para que Estados Unidos actúe como faro cuando se trate de defender la vida: "Le estamos dando al mundo la oportunidad de pensar sobre la ética de elegir a los humanos que tienen la oportunidad de vivir", dijo. "¿Realmente no hay lugar para nosotros en el mundo?", agregó. "Ayúdenos a marcar la diferencia. Seamos Estados Unidos, no Islandia o Dinamarca. Busquemos respuestas, no 'soluciones finales'. Seamos América. Hagamos que nuestro objetivo sea terminar con el Alzheimer, no con el Síndrome de Down".