Bogas pide "despejar las incertidumbres" sobre las centrales ya existentes que pueden ser viables y competitivas
MADRID, 26 Abr. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Endesa, Borja Prado, ha afirmado que es "necesario" rediseñar los criterios de reparto del bono social y darle una vuelta a la tarifa eléctrica para que "responda a los costes reales del suministro".
En su discurso en la junta general de accionistas, Prado señaló que es necesario este rediseño del para que el descuento del 25% que se ofrece sobre el total de la factura eléctrica sea percibido por los hogares con unos niveles de renta mínimos, evitando así que lo reciban "otros clientes que no se encuentran en situación crítica".
Así, aseguró que un diseño del bono social permitiría que la ayuda fuera "más eficaz" y que se liberaran recursos económicos para otros tipos de ayudas, "que podrían incluir el pago completo de las facturas de los hogares identificados por los servicios sociales como insolventes".
A este respecto, el consejero delegado de Endesa, José Bogas, insistió en su discurso en que este rediseño del bono social, que cuenta actualmente con unos 2,4 millones de acogidos, permitiría asignar los recursos a financiar un fondo "claramente centrado" en asegurar el suministro en las familias que no pueden pagar la factura eléctrica, "ni siquiera con un descuento y que sean identificadas como tales por los servicios asistenciales de los ayuntamientos.
En declaraciones tras la junta a la prensa, Bogas subrayó que Endesa "no corta la luz absolutamente a nadie" que los servicios sociales identifiquen como una persona que se encuentra en situación de vulnerabilidad energética.
Respecto a las amenazas de la alcaldesa de Cataluña, Ada Colau, de sancionar a las empresas por los cortes de suministro, Prado indicó que cuando se hacen leyes "hay que estudiar que favorezcan a todo el mundo". "No puedes tomar decisiones de hacer leyes o multar sin tener todos los datos. En Cataluña hemos hecho grandes esfuerzos y hechos grandes avances", dijo.
UNA TARIFA QUE RESPONDA A LOS COSTES REALES.
Además, Prado aseguró que una vez cumplido el objetivo de eliminar el déficit, objetivo "prioritario" de las reformas regulatorias de los últimos años, "ha llegado el momento de dar prioridad a la competitividad industrial y el bienestar del consumidor mediante una tarifa eléctrica que responda a los costes reales del suministro".
Para ello, consideró necesario analizar la "validez" de algunas reformas realizadas los pasados años durante la crisis y que, "en estos momentos, carecen ya de sentido", como los impuestos a la producción eléctrica y otras tasas impositivas que "suponen un alto porcentaje de la factura que pagan nuestros clientes y que, en muchos casos, no les correspondería pagar".
Por su parte, Bogas subrayó que el sector necesita un marco regulatorio "basado en criterios de certidumbre, de estabilidad y de seguridad jurídica, pero con ello "no basta", y, además, hay un cuarto criterio "inexcusable" para hacer posible la transición a un nuevo sistema energético sostenible: la flexibilidad.
A este respecto, el consejero delegado de Endesa apuntó la necesidad de "limpiar" progresivamente la tarifa eléctrica de extracostes y cargas impositivas, "ajenos al suministro, que actualmente pesan sobre ella y que representan más de la mitad del precio que pagan los consumidores".
El ejecutivo aseguró que la electricidad, "el vector energético más limpio y eficiente", no puede estar "penalizado" con todas las cargas derivadas de "antiguas decisiones de política energética que le restan competitividad respecto de otras energías que son más contaminantes y menos eficientes en el consumo energético final".
Además, Bogas pidió "despejar las incertidumbres" respecto "al presente y futuro inmediato" de las centrales eléctricas ya existentes, especialmente, las que pueden "ser viables, competitivas y sostenibles, desde el punto de vista económica y medioambiental, si cuentan con un razonable marco regulatorio".
Para el consejero delegado de Endesa, estas centrales serán "indispensables" para asegurar el tránsito hacia el nuevo modelo energético, hasta que "maduren plenamente" las tecnologías en la que el modelo se basará plenamente.