MADRID, 29 Oct. (EUROPA PRESS) -
Los bancos de España, Irlanda, Reino Unido y Alemania, "por este orden", han tomado medidas significativas para su desapalancamiento y han sacado carteras de créditos morosos y no morosos de su balance a un ritmo sin precedentes durante 2014, señala KPMG.
La firma apunta que el análisis de la calidad de los activos de las entidades financieras de la eurozona realizado por el Banco Central Europeo (BCE) ha detectado que los bancos tienen casi 100.000 millones de euros provisionados para respaldar créditos morosos (NPE), algo que está afectando tanto a sus resultados financieros como a sus necesidades de capital.
El análisis de los datos publicados por el BCE revela que los créditos morosos, cuyo valor se ha deteriorado o esté en situación de impago, suman un total de más de 1,2 billones de euros a 31 de diciembre de 2013.
En el caso de los bancos de la eurozona, KPMG ha calculado que el capital básico de nivel 1 (CET1) necesario para respaldar estas exposiciones es de 96.000 millones de euros, lo que representa aproximadamente el 10% del capital total del sector.
"Si este capital se liberase, podrían utilizarse aproximadamente dios billones de euros en préstamos bancarios adicionales en toda Europa y aumentar la rentabilidad sobre recursos propios (ROE) en 150 puntos básicos", afirma.
En esta línea, añade que las medidas adoptadas por España, Irlanda, Reino Unido y Alemania han impulsado el impacto del análisis de calidad de los activos internamente y en el mercado.
KPMG observa un exceso de 62.000 millones de euros en transacciones de venta de préstamos cerradas en toda Europa este año, pero solo aproximadamente 7.000 millones de euros de estas ventas han tenido lugar fuera de estos cuatro mercados.
Por área geográfica, los bancos de Chipre, Grecia e Irlanda han sido los más afectados, con una media del 46%, 35% y 21%, respectivamente, de capital utilizado para respaldar los créditos morosos. En cambio, los bancos de Alemania y Francia han arrojado resultados positivos con un 7% y 5%, respectivamente, gracias a un nivel menor de estos activos.
El socio responsable del sector financiero de KPMG en España, Francisco Uría, incide en que los resultados del análisis a la calidad de los activos del BCE son "significativos", ya que permiten comparar por primera vez los créditos morosos de los bancos europeos.
En el caso de España, el responsable junto a Stephen Smith del grupo de trabajo de AQR de KPMG en Europa subraya que debe tenerse en cuenta la existencia de carteras con exceso de provisiones que no se han considerado en el análisis del BCE dado su carácter prudencial.
"De cara al futuro, prevemos que los equipos de dirección de los bancos se centrarán en la gestión de los créditos fallidos y la venta de carteras, y muchos también analizarán sus carteras de créditos no morosos para mejorar su rentabilidad. Las entidades financieras españolas han sido las que de forma más evidente han protagonizado esta estrategia", apunta.