Mujeres de 76 años con nivel socio económico medio alto, perfil de usuario
MADRID, 1 Feb. (EUROPA PRESS) -
La suscripción de hipotecas inversas alcanzó un total de 2.991 en el ejercicio 2010, lo que significa un crecimiento del 9,7% en relación al año anterior, mientras que el importe medio de las operaciones se estableció en 437.000 euros (-5%), según datos de la consultora Óptima Mayores.
El crecimiento progresivo de la contratación de este producto se produce "por la imperiosa necesidad" que tienen los jubilados españoles de obtener ingresos adicionales y enfocar su jubilación con mayor tranquilidad, explica la consultora.
La hipoteca inversa es un préstamo con garantía hipotecaria dirigido a personas mayores de 65 años o dependientes cuya principal característica es que la entidad financiera paga una cantidad mensual garantizada y vitalicia al titular, sin que éste ni sus herederos pierdan la propiedad de su vivienda.
Por distribución geográfica, la demanda de hipoteca inversa se concentra en las principales capitales. Por comunidades autónomas, Madrid concentró el 30,72% de las operaciones, seguida de Cataluña (23,96%), y en tercer lugar Andalucía (19,30%).
En cuanto al perfil de los usuarios, sigue tratándose de mayores de un nivel socio económico medio alto, con una edad media de 76 años, y sobre todo mujeres. La edad media de los hombres que suscribieron el producto de forma individual fue de 77 años, y la media de edad de los matrimonios de 78 años.
Respecto al valor medio de las viviendas sobre las que se suscribieron hipotecas inversas, el informe indica que en 2010 fue de 437.000 euros, frente a los 461.000 euros en 2009, lo que representa un descenso del 5,10%.
El consejero delegado de Óptima Mayores, Ángel Rodríguez-Carreño de Cominges, sostiene que el actual escenario de envejecimiento de la población requiere, además de una reforma del Sistema Público de Pensiones, promover e incentivar el ahorro a largo plazo mediante planes de pensiones y otros productos similares.
En este sentido, destaca que, aunque el 87% de los mayores de 65 años tiene vivienda en propiedad, hasta la aparición de la hipoteca inversa se trataba de un patrimonio inmovilizado que no podía producir liquidez si además se vivía en él.