MADRID 20 Oct. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, indicó hoy que el Euríbor es el "termómetro" que mide la efectividad de las medidas de apoyo al sector financiero y apuntó que debería bajar hasta el entorno del 4% y del 4,25% en "no mucho tiempo" para demostrar que están funcionando.
"Si el Euríbor no baja más, quiere decir que el plan no está funcionando correctamente", subrayó Miguel Sebastián en declaraciones a 'Telecino' recogidas por Europa Press. A su juicio, el indicador de referencia de la mayoría de las hipotecas en España debería acercarse al nivel de los tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE), que se sitúan actualmente en el 3,75%.
Respecto a las medidas de apoyo al sector financiero, Sebastián dijo que hace falta "más tiempo para ver si funcionan" porque acaban de aprobarse. En cualquier caso, indicó que si la situación se arregla "en los próximos dos o tres meses" la economía "podría empezar a repuntar en la segunda mitad de 2009", aunque aseguró que todavía habrá que pasar por "meses muy duros".
En cualquier caso, el ministro destacó que "a la banca no se le da dinero, sino que se le van a comprar unos activos que son rentables" y subrayó que "a medio plazo el Estado, y, por tanto el contribuyente, puede ganar con esta operación".
Según explicó, "se trata de inyectar liquidez a corto plazo", para que vuelva la confianza y vuelvan los créditos, algo que, a su juicio "no se arregla de la noche a la mañana".
Sebastián considera que la situación actual es "muy difícil" porque no se había dado nunca, ni siquiera en los años treinta. En este sentido, el ministro dijo que es "una crisis global" y recordó que no existen "instituciones globales" para hacerle frente.
"Creo que todos los gobiernos, fundamentalmente los europeos, pero también el de Estados Unidos, se han puesto las pilas y vamos a afrontar esta crisis de forma coordinada y con resolución", dijo.
Asimismo, el ministro recordó que en los años noventa se decía que el futuro era la banca de inversión, y diez años más tarde lo que ha quedado es la banca tradicional, "que no asume más riesgos de los necesarios".