LONDRES, 1 Nov. (EUROPA PRESS) -
El poder adquisitivo medio de los hogares británicos ha caído en 600 libras anuales (686 euros) en comparación con un escenario económico semejante al que Reino Unido disfrutaba antes de la victoria del 'Brexit' en el referéndum sobre la Unión Europea (UE), celebrado el 23 de junio de 2016, según un estudio elaborado por el Instituto Nacional de Análisis Económico y Social.
"Es casi seguro que el deterioro relativo en la economía del Reino Unido y la consiguiente caída en los estándares de vida durante el último año son consecuencia del voto de los ciudadanos británicos favorable a salir de la UE", señalan los autores del informe.
En este sentido, el 'think tank' señala que Reino Unido era una de las economías avanzadas con mayor crecimiento antes del referéndum, mientras que actualmente está empezando a rezagarse cuando otras aceleran. En el tercer trimestre, el PIB de Reino Unido creció un 1,5% interanual, frente a la expansión de entre el 2% y el 3% previa a la votación.
Asimismo, en gran medida como consecuencia de la depreciación experimentada por lalibra esterlina que ha acompañado a la victoria del 'Brexit', los ingresos reales de los hogares han caído, registrando un descenso del 1,1% anual en el segundo trimestre de 2017, lo que supone encadenar cuatro trimestres seguidos de bajadas, la peor racha desde 2011,
"Si la libra no se hubiera depreciado y la economía hubiera seguido creciendo a un ritmo semejante, como habría sido probable ante la mejoría global, la renta disponible por cabeza de los hogares habría sido más de un 2% superior a la actual, con un valor de 600 libras anuales por hogar medio", añade el documento.
Además, los expertos consideran que el impacto de los mayores costes de la vida provocados por el 'Brexit' tendrán un efecto más sensible sobre los desempleados, las familias monoparentales y pensionistas.
En su análisis, el Instituto señala dos canales por los que las familias británicas han perdido poder adquisitivo, incluyendo la depreciación de la libra y su efecto sobre los precios de las importaciones, mientras que en segundo lugar señala el debilitamiento de las inversiones empresariales en Reino Unido, ya que aplazar las decisiones de inversión en el país hasta que se conozcan más detalles de la futura relación con la UE es la respuesta de muchas empresas.