El consumo privado en España ha caído un 12,6% desde el inicio de la crisis

Actualizado: miércoles, 30 septiembre 2015 11:50

MADRID, 30 Sep. (EUROPA PRESS) -

El consumo privado en España ha caído un 12,6% en términos reales desde el primer trimestre de 2008, coincidiendo con el crecimiento máximo anterior a la crisis, y el primer trimestre de 2013, el punto mínimo de la recesión, según los cálculos del Banco de España, que indica que desde entonces y hasta el inicio de 2015, el gasto de los hogares en bienes y servicios de consumo ha repuntado ya un 4,8%.

En su boletín económico del mes de septiembre, apunta que las fluctuaciones del consumo no se distribuyen de forma proporcional entre los distintos tipos de bienes y servicios, sino que la reducción del gasto en momentos de crisis suele recaer en mayor medida sobre los bienes duraderos y sobre los bienes no esenciales.

En cambio, existen productos cuya elasticidad ante cambios en la renta es reducida porque responden a la cobertura de necesidades vitales básicas, mientras que otros presentan un elevado grado de rigidez por la presencia de contratos suscritos en periodos precios que no son inmediatamente revocables, como por ejemplo un crédito hipotecario o un contrato de alquiler.

En este contexto, los datos del Banco de España muestran que en la etapa de bonanza que va desde 1996 a 2007, el promedio anual de crecimiento del consumo fue del 3,6%, mientras que en la etapa de crisis entre 2008 a 2013, se redujo un 1,9% de media anual.

Por tipo de bienes, el consumo de los bienes no duraderos de primera necesidad se redujeron una media del 0,8% anual (frente al incremento del 1,4% en la etapa de bonanza), mientras que la caída del gasto en los bienes no duraderos y no esenciales fue del 2,9% anual (frente al incremento del 3,6% en la etapa de crecimiento del PIB).

Dentro de esta categoría, destaca la caída de los servicios de alojamiento (-5% de media anual durante la crisis); ocio, espectáculos y cultura (-2,5%), restaurante y cafés (-3,1%), paquetes vacacionales (-1,9%) y bebidas alcohólicas y tabaco (-4,6%).

De manera análoga, el gasto en bienes de consumo duradero aumentó en la fase expansiva un 4,4% de promedio anual, 0,8 puntos porcentuales por encima de lo que lo que lo hizo el gasto total, mientras que la etapa recesiva retrocedió un 4,2%, 2,3 puntos porcentuales más que la caída del consumo total en esta fase.

Dentro de este capítulo, resalta el gasto correspondiente a electrodomésticos, que cayó en la etapa de crisis un 4,8% en tasa media anual, así como el consumo de textiles para el hogar, que descendió un 7,1%, mientras que en la fase de crecimiento experimentaron incrementos del 5,5% y del 5%, respectivamente.

CRECE EL GASTO DE LOS BIENES ESENCIALES NO AJUSTABLES.

Por último, el consumo de bienes no ajustables, que son aquellos que se destinan al pago de alquileres, el mantenimiento de la vivienda y suministros tales como agua, gas y electricidad, mostró el crecimiento más elevado durante la etapa de auge, con una tasa del 4,6% en promedio anual, pero también durante la crisis, cuando aumentó a una tasa media del 1,7%.

Esta evolución refleja, según el Banco de España, que dichos gastos comparten con los de primera necesidad su carácter de consumos imprescindibles para el sostenimiento vital, así como el hecho de que, en muchos casos, no es sencillo ajustarlos a la baja, puesto que su magnitud depende de compromisos contractuales que los hogares asumieron con anterioridad.

Finalmente, destaca que el pasado año, en un contexto de menor incertidumbre y de la mejora de la economía, el fortalecimiento del gasto de los hogares recayó sobre los bienes duraderos y sobre los bienes y servicios no esenciales, que son los que habían experimentado los mayores retrocesos durante la recesión.

Concretamente, las partidas que han registrado mayores aumentos han sido las de artículos de vestir y calzado, salud, transportes, comunicaciones, hoteles, cafés y restaurantes. Por el contrario, la recuperación ha sido menos intensa en mobiliario, equipamientos del hogar y gastos corrientes de conservación de la vivienda.