WASHINGTON, 14 Jul. (EUROPA PRESS) -
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha vuelto a avisar este lunes del riesgo de deflación en la eurozona y ha pedido al Banco Central Europeo (BCE) que se prepare para poner en marcha un programa de compra de deuda pública a gran escala si los precios se mantienen en niveles tan bajos.
"La recuperación no es sólida ni suficientemente fuerte", resalta el FMI en su informe sobre la eurozona, cuyas conclusiones preliminares se presentaron en el Eurogrupo de junio. Según las últimas previsiones del Fondo, la eurozona crecerá este año sólo un 1% y se acelerará hasta el 1,5% en 2015, mientras que la inflación se situará en el 0,7% este año y en el 1,2% en 2015, muy por debajo del objetivo del 2% que se fija el BCE.
"La débil demanda agregada está pesando sobre la actividad real y reduciendo la inflación en la eurozona, ya que empresas, hogares y bancos siguen reparando sus balances. Los mercados financieros siguen fragmentados y la contracción del crédito y los altos costes de endeudamiento limitan la inversión en los países con grandes brechas de producción, elevada carga de deuda y alto paro", apunta el informe del FMI.
En este contexto, la institución dirigida por Christine Lagarde apunta que cualquier impacto negativo adicional, ya sea doméstico o externo, "podría socavar la confianza de los mercados financieros, detener la recuperación y empujar la economía a una menor inflación o incluso a la deflación".
Por ello, el FMI pide al BCE que, si la inflación se mantiene demasiado baja, considere "un programa de compra de activos a gran escala, principalmente de bonos soberanos". Comprar deuda pública "reduciría los intereses de los bonos soberanos, aumentaría el valor de los valores de renta variable y fija e incrementaría la demanda y las expectativas de inflación en la eurozona".
"El aumento de los precios de los activos provocado por las compras del BCE -prosigue el informe- reforzaría el balance de los bancos y por tanto su capacidad de prestar".
El FMI recomienda "calibrar cuidadosamente" las políticas presupuestarias nacionales para apoyar el crecimiento allí donde haya margen, utilizando la "flexibilidad" que permite el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, y sobre todo evitando nuevos recortes. También apuesta por revisar el Pacto a medio plazo para mejorar su claridad y su cumplimiento.
El informe insiste en la necesidad de que la eurozona acelere la reparación de los balances de los bancos y reduzca la fragmentación financiera y ve necesaria una red de seguridad pública para cubrir cualquier déficit de capital que detecten los test de estrés y la revisión de activos por parte del BCE, que concluirá en otoño.
Finalmente, el FMI pide a los Estados miembros que prosigan con las reformas estructurales para impulsar el empleo, la competitividad y el reequilibrio dentro de la eurozona. En este sentido, sugiere una mayor inversión pública en los países acreedores y más reformas en los países deudores.