NUEVA YORK, 5 Ene. (del corresponsal de EUROPA PRESS, Emilio López Romero) -
El presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, acudió este lunes al Congreso para impulsar su plan de estímulo y recuperación económica que podría alcanzar los 800.000 millones de dólares (589.923 millones de euros), que confía aprobar en sus primeros días de mandato y que se espera que incluya recortes de impuestos de hasta 300.000 millones de dólares (221.221 millones de euros).
Obama inició su primer día de trabajo en Washington entrevistándose en el Capitolio con la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, con el plan de rescate de la clase media trabajadora en el centro de la agenda. "El motivo por el que estoy aquí es que los negocios de la gente no pueden esperar", aseguró en breves declaraciones a los periodistas.
Así, tras advertir que Estados Unidos tiene por delante un "extraordinario desafío económico y" que en los próximos días se esperan nuevos datos "preocupantes" sobre la situación económica, aseguró que no podía pensar en un mejor aliado en el Congreso para aprobar el plan que en Pelosi. Obama se reunirá después con el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid.
También tiene previsto entrevistarse con un grupo de influyentes congresistas de ambos partidos para convencerles de la importancia de que se apruebe el paquete de medidas, aunque desde su propio entorno reconocen que es "bastante improbable" que el plan sea aprobado por ambas cámaras para que esté listo el 20 de enero, día de la toma de posesión de la nueva administración.
El plan de recuperación que prepara Obama podría llegar a casi 800.000 millones de dólares, según informa el diario The Wall Street Journal, de los cuales cerca de un 40% iría destinado a un gran recorte de impuestos en un intento por convencer a los legisladores republicanos, que se oponen a un aumento notable del gasto y que prefieren rebajas impositivas.
La titular de la Cámara Baja ha insistido en que su objetivo es que el proyecto esté listo en la mesa del presidente el mismo día de su investidura, pero los tiempos que se ha marcado no son compartidas por la minoría republicana y por algunos demócratas conservadores, quienes advierten del fuerte impacto que podría tener un plan de recuperación de tal magnitud para el déficit federal.
Todo apunta a que el plan será aprobado sin problemas en la Cámara de Representantes pero su trámite en el Senado puede necesitar más tiempo para lograr el consenso necesario. Teniendo en cuenta que sigue sin aclararse quién ocupará los escaños de Minnesota en el Senado y las incertidumbres en torno al reemplazo de Obama, los demócratas sólo tienen asegurados 57 votos y les hacen faltan tres más.