La oposición respalda la medida porque corrige "un error inicial" del presidente, pero la patronal la rechaza
PARIS, 28 Ago. (EUROPA PRESS) -
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, se desplazó hoy a Laval, situada en el departamento de Mayenne, en el este del país, para lanzar la generalización de una nueva ayuda social que, según el jefe de Estado, hará a "Francia respetar el trabajo".
"Quiero que se le dé la espalda a los abusos del asistencialismo para que entremos en una sociedad que respete el trabajo", dijo Sarkozy al anunciar que el "Ingreso de Solidaridad Activa" (RSA, por sus siglas en francés), que hasta ahora estaba siendo experimentado en 34 departamentos, se aplicará en todos.
Esta nueva ayuda social consiste en un complemento salarial de un mínimo de 450 euros destinado a los considerados "trabajadores pobres" o en la conservación de una ayuda del Estado a quienes retomen la vida activa a partir de julio de 2009, cuando entrará en vigor el RSA. Hasta hoy, un parado en Francia debía abandonar los subsidios del Estado una vez que volvía al mercado de trabajo.
El objetivo del Ejecutivo con este nuevo dispositivo es "animar a los desempleados a encontrar" trabajo, según han explicado el ministro del Presupuesto, Eric Woerth, y el coautor de la medida, el Alto Comisario para la Solidaridad Activa, Martin Hirsch.
En su alocución, Sarkozy arremetió contra el sistema actual de subsidios al desempleo que mantiene en Francia "a la mitad de los beneficiarios del subsidio durante más de tres años en el paro". Según él, "cuanto más tiempo pasan" los parados beneficiándose del subsidio del desempleo "más se alejan de la posibilidad de avanzar" en la vida.
Para el presidente francés, el subsidio del desempleo "es una trampa de exclusión" porque divide entre tres "las posibilidades de encontrar un trabajo" al subsidiario si se le compara con alguien que acude a la ANPE (equivalente al INEM).
"Hay que cambiar esto", porque "no podemos dejar a millones de compatriotas en esta situación injusta y absurda", dijo Sarkozy antes de subrayar, que, hoy por hoy, el sistema social francés "acentúa la injusticia".
"Ningún modelo social se sostiene si se olvida que el trabajo es el motor de la creación de la riqueza y de la socialización", añadió Sarkozy designando al RSA como el substituto del subsidio al desempleo y otras ayudas destinadas, en principio, a mantener los "mínimos sociales" establecidos por el Estado.
Según ha informado el Elíseo, la aplicación del RSA permitirá sacar de golpe a 700.000 personas de la vida bajo el umbral de la pobreza aunque hasta 4 millones de hogares franceses podrán beneficiarse de la nueva ayuda.
Actualmente, hasta un 12 por ciento de la población gala vive por debajo del umbral de la pobreza que, en Francia, varía entre los 681 y los 817 euros en un hogar unipersonal y, entre los 1.703 euros y los 2.043 euros en un hogar compuesto por una pareja con dos niños de más de 14 años.
POLÉMICA POLÍTICA
El lanzamiento del RSA ha estado acompañado de una importante polémica política debido al origen de la financiación de la nueva ayuda: un incremento de un 1,1 % en el impuesto sobre el capital, a saber, los dividendos de las acciones, los beneficios inmobiliarios y sobre los seguros de vida.
En su edición de ayer, el diario económico galo 'Les Échos' revelaba el sentido del anuncio que realizó hoy el presidente francés. De manera que, antes de que tuviera lugar el discuros de hoy de Nicolas Sarkozy, el conjunto de la comunidad política ya había reaccionado.
La oposición que lidera el Partido Socialista ha reconocido la conveniencia de la decisión del presidente en la medida en que ésta supone una "corrección" del "error inicial" que supusieron las rebajas fiscales aprobadas por el Ejecutivo en los primeros meses del mandato de Nicolas Sarkozy. "Sarkozy ha cambiado, tanto mejor", ha llegado a declarar el primer secretario del PS, François Hollande.
Desde el partido presidencial, la Unión por un Movimiento Popular, los hay que han manifestado "su sorpresa" o, incluso, "oponerse" a la subida de los impuestos propuesta por Sarkozy. Sin embargo, las peores críticas se han enunciado desde la Medef, la organización patronal de Francia.
Según dijo esta mañana en una entrevista en la televisión pública gala la presidenta de la Medef, Laurence Parisot: "no estoy segura de que el medio de financiación del RSA sea el bueno". "¿Para cada idea nueva hace falta un nuevo impuesto?", según interrogó Parisot el método del ejecutivo francés.
Sarkozy, consciente del alto precio político que le puede costar hacer que el Estado obtenga los 1.500 millones de euros con los que financiará el RSA, recordó desde la tribuna todas las rebajas fiscales acometidas por el momento.
"Es normal que, en un esfuerzo de solidaridad, todos contribuyamos a sacar a 3 millones de nuestros compatriotas de la pobreza o la exclusión", dijo. "Desde hace años los salarios aumentan mucho menos rápido que los beneficios del capital", subrayó antes de señalar: "es anormal que los beneficios del capital se expongan a la contribución para revalorizar el trabajo de los más desfavorecidos". "Si hay dinero para los de arriba debe haber dinero para los de abajo", concluyó.