S&P cree que el envejecimiento de la población puede ser insostenible en España en 2050 si no se toman medidas

Actualizado: domingo, 24 marzo 2013 13:36

Destaca que los ajustes realizados en el sistema de pensiones han mejorado las previsiones de gasto relacionado con el envejecimiento del país

MADRID, 24 Mar. (EUROPA PRESS) -

La agencia de calificación crediticia Standard & Poor's (S&P) calcula que si España no adopta medidas para hacer frente al coste que supondrá el envejecimiento de la población, el déficit y la deuda del país alcanzarían cotas insostenibles en 2050, que colocarían el rating del país en la categoría de grado de especulación o 'bono basura'.

En concreto, en ausencia de medidas, un escenario que la agencia no prevé que se materialice, la deuda pública neta de España alcanzaría el 247% del PIB en 2050, lo que supone cinco veces más en comparación con el 51% de 2010, mientras que el déficit se dispararía ese año hasta el 17% del PIB.

De cumplir estas previsiones, la agencia situaría la nota de España en el grado de especulación, también conocido como 'bono basura', en 2050, una calificación que tendrían la mayoría de los países calificados por S&P en caso de que no adopten ninguna medida para hacer frente al envejecimiento de la población.

"Para demostrar la magnitud de este desafío, bajo nuestro escenario de 'Sin cambio en las políticas', en 2050 cerca del 60% de los soberanos analizados en este informe tendrían unos parámetros que Standard and Poor's vincula actualmente con los ratings en grado especulativo, frente al 20% actual. Esto a pesar de que sus finanzas hayan mejorado respecto al informe de 2010", explica.

De hecho, señala que los ajustes realizados en los sistemas de pensiones en países como España han mejorado su proyección del gasto respecto al anterior informe de 2010. "En general, nuestro análisis indica mejoras en las proyecciones de hipotéticas tendencias en la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas. Esta es particularmente cierto en países como Italia, España, Eslovenia, Luxemburgo e Irlanda", explica.

Sin embargo, añade que en un escenario que contempla unas cuentas equilibradas en 2016, la deuda pública neta descenderá hasta el 24% del PIB en 2050, mientras que el déficit será del 1,9%. Con estos datos, el rating de España podría recuperar el rating 'AAA', la máxima calificación posible.

Para elaborar estas estimaciones, la agencia ha tenido en cuenta que la economía española crecerá de media un 1,4% entre 2010 y 2050, año en el que espera que el PIB crezca un 1,2%. Además, calcula que el gasto público relacionado con el envejecimiento aumentará desde el 19,4% del PIB en 2010 hasta el 24,6% en 2050.

MEJORAS SIGNIFICATIVAS.

El analista del equipo de ratings soberanos de S&P y autor del informe, Marko Mrsnik, subraya que si los países superan sus dificultades económicas y presupuestarias tras de la crisis y adaptan con éxito sus sistemas de seguridad social a los desafíos demográficos, "la presión en las finanzas públicas ejercida por el envejecimiento de la población podría ser gradualmente contenida, una conclusión algo sorprendente en este punto de la actual crisis de deuda soberana".

En concreto, apunta que una serie de países han revisado sus sistemas de pensiones y de atención sanitaria, componentes del gasto público particularmente afectados por presiones demográficas, y están implementando medidas en sanidad y pensiones para hacer frente a los desafíos que presentan tanto una población más envejecida como las dificultades presupuestarias a corto plazo.

Sin embargo, reconoce que en algunos el impacto de estas medidas se ve mitigado por su debilidad económica y su bajo nivel de empleo. "Junto con los mayores costes de financiación, dichas tendencias están obstaculizando los esfuerzos para estabilizar la deuda", advierte.

Aún así, considera que si continúan los procesos de reformas estructurales y de consolidación presupuestaria, deberían mejorar las perspectivas para mantener unas finanzas públicas sostenibles. Además, sugiere que, aunque los costes relacionados con el envejecimiento de la población son a menudo vistos como un problema al que se enfrentan principalmente los países más desarrollados, las economías emergentes "no son ni mucho menos inmunes".