Ve urgente crear un sistema común de garantía de depósitos
BRUSELAS, 22 Jun. (EUROPA PRESS) -
Los países de la eurozona deben proseguir su proceso de integración y reforzar la unión económica y monetaria para protegerse frente a futuras crisis con medidas a corto plazo, como la creación de un sistema común de garantía de depósitos bancarios y otras a largo plazo, como la puesta en marcha de un Tesoro común para antes de 2025, según propone un informe elaborado por el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker.
Juncker ha contado con la colaboración de los presidentes del Banco Central Europeo, Mario Draghi; del Consejo Europeo, Donald Tusk; y del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, y con aportaciones del presidente de la Eurocámara, Martin Schulz. Su informe será debatido por los líderes europeos en la cumbre del 24 y 25 de junio.
"Necesitamos un salto cualitativo en la integración europea. Necesitamos hacer frente a las fragilidades de nuestras economías; garantizar que la divergencia se convierta de nuevo en convergencia y salvaguardar la irreversibilidad de la unión monetaria. Nuestro informe proporciona la hoja de ruta para lograrlo", ha dicho Draghi en un comunicado.
"Los avances deberán seguir una secuencia de medidas a corto plazo y medidas a largo plazo, pero es esencial establecer y acodar ahora toda la secuencia de medidas", reclama el informe de los cinco presidentes. "Tras muchos años de crisis, Gobiernos e instituciones deben demostrar a los ciudadanos y a los mercados que la zona del euro hará algo más que simplemente sobrevivir. Los ciudadanos y los mercados necesitan ver que la zona del euro prosperará", apuntan.
Durante la primera etapa, que se desarrollará entre el 1 de julio de 2015 y el 30 de junio de 2017, los cinco presidentes apuestan por mejorar el uso de los instrumentos existentes y los Tratados en vigor para tratar de fomentar la competitividad y la convergencia estructural entre los países de la eurozona. Para ello, proponen crear un sistema de autoridades nacionales de competitividad, aplicar de forma más estricta el procedimiento sancionador por desequilibrios económicos o reforzar la coordinación de políticas económicas.
Las principales iniciativas en esta primera fase corresponden a la unión bancaria. Los cinco presidentes quieren poner en marcha el tercer pilar de esta unión bancaria, que es la creación de un sistema europeo de garantía de depósitos, una medida bloqueada hasta ahora por Alemania. También reclaman un mecanismo de financiación para el nuevo fondo europeo de 55.000 millones que se ha creado con el fin de reestructurar y liquidar bancos en crisis, tanto para su fase de constitución, a partir de 2016, como para cuando ya esté plenamente operativo.
Durante la segunda etapa, el proceso de convergencia económica se haría más vinculante mediante una serie de parámetros de referencia a los que se podría dotar de naturaleza jurídica. En paralelo, se crearía una "función de estabilización presupuestaria para la zona euro" con el fin de hacer frente con mayor eficacia a las perturbaciones que no puedan ser gestionadas en solitario a nivel nacional. A este presupuesto de la eurozona sólo tendrán acceso aquellos Estados miembros que cumplan y mantengan los nuevos criterios de convergencia.
LA PRESIDENCIA DEL EUROGRUPO, CARGO A TIEMPO COMPLETO
Para esta segunda etapa a partir de finales de 2017, los cinco presidentes abogan por reforzar la presidencia del Eurogrupo y convertirlo en "un cargo a tiempo completo, con un mandato claro". "Con el apoyo de todas las instituciones de la UE, podría desempeñar un papel aún más importante en la representación de los intereses de la moneda única, dentro de la zona euro y fuera de ella", apunta el informe.
Al final de este proceso de integración, los cinco presidentes prevén el establecimiento de un Tesoro de la zona euro al que puedan exigirse responsabilidades a nivel europeo.
"Los Estados miembros de la zona euro seguirían decidiendo en materia de tributación y sobre la asignación de los gastos presupuestarios en función de las opciones políticas y preferencias nacionales. Sin embargo, a medida que la zona euro evolucione hacia una auténtica Unión Económica y Monetaria, cada vez será más necesario tomar algunas decisiones colectivamente, garantizando responsabilidad democrática y la legitimidad. Un futuro Tesoro de la zona euro podría ser el foro para tal toma colectiva de decisiones", apunta el texto.
La Comisión presentará un libro blanco en la primavera de 2017 en el que se evaluarán los avances conseguidos en la primera etapa y se presentarán las propuestas para avanzar en la segunda etapa.