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BRUSELAS, 30 Ene. (EUROPA PRESS) -
Los jefes de Estado y de Gobierno han admitido que la austeridad por sí sola no es suficiente para superar la crisis de deuda y han reclamado una estrategia para impulsar el crecimiento, aunque no han previsto ningún respaldo presupuestario adicional ni han detallado las medidas concretas.
Pese a esta falta de concreción, el primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, no ha suscrito la declaración debido a una reserva de su parlamento. "En los últimos meses ha habido signos preliminares de estabilización económica, pero las tensiones en los mercados financieros continúan dificultando la actividad económica y la incertidumbre sigue siendo alta", señala la declaración aprobada por los Veintisiete en la primera cumbre de 2012.
La consolidación fiscal, sostienen los líderes, "es una condición necesaria para volver a un mayor crecimiento y empleo, pero no es suficiente por sí misma: tenemos que modernizar nuestras economías y reforzar nuestra competitividad para garantizar un crecimiento sostenible".
"El crecimiento y el empleo sólo se reanudarán si proseguimos un enfoque coherente y completo, combinando una consolidación fiscal inteligente que preserve la inversión para el crecimiento futuro, políticas macroeconómicas sólidas y una estrategia de empleo activa", señalan las conclusiones.
"Aunque los Gobiernos están esforzándose intensamente por corregir los desequilibrios presupuestarios de forma sostenible, se precisan mayores esfuerzos para fomentar el crecimiento y el empleo. (*) Tenemos que hacer más para sacar a Europa de esta crisis", afirman los jefes de Estado y de Gobierno.
Los líderes europeos aceptan que los países con problemas redirijan los fondos estructurales asignados que todavía no han gastado "hacia el crecimiento y el empleo", pero dejan claro que no habrá ayudas adicionales. En el caso de España, Bruselas cifra en 10.700 millones de euros las subvenciones disponibles de un total de 82.000 millones para el conjunto de la UE, aunque en la declaración no se menciona ninguna cifra.
Los Veintisiete ven prioritario reducir el paro en Europa, que afecta a más de 23 millones de trabajadores. Para ello recomiendan reformas laborales encaminadas a reducir la temporalidad, ajustar los costes salariales a la productividad, y reducir la carga fiscal sobre el trabajo. Los líderes han asumido el compromiso de ofrecer a los jóvenes que dejen el sistema educativo un puesto de trabajo o formación de calidad en un plazo de "varios meses".
Los líderes europeos han reclamado iniciativas para facilitar a las pequeñas y medianas empresas el acceso a la financiación. En este sentido, han respaldado la política del Banco Central Europeo de suministrar liquidez a largo plazo a la banca y han pedido a los supervisores "garantizar que la recapitalización bancaria no conduzca a un desendeudamiento que afecte negativamente a la financiación de la economía". "Los supervisores deben garantizar una aplicación rigurosa en todos los bancos de la legislación de la UE que restringe el pago de bonus", indican las conclusiones.
También defienden concentrar los fondos europeos en proyectos que ayuden a las pymes y revisar el techo de crédito del Banco Europeo de Inversiones, así como poner en marcha lo antes posible los bonos comunitarios para financiar infraestructuras prioritarias.
Finalmente, los jefes de Estado y de Gobierno han acordado acelerar toda la legislación que permita completar el mercado interior, en particular las nuevas normas sobre copyright y lucha contra la piratería, comercio electrónico, y coordinación de políticas impositivas.