La comisaria Margrethe Vestager niega interferencias políticas, como el Brexit, en la decisión final
Bruselas, 11 (EUROPA PRESS)
La Comisión Europea ha vetado este miércoles la venta de O2, filial británica de Telefónica, a Hutchison al considerar que la adquisición provocaría una subida de precios, perjudicaría la innovación en el sector de las comunicaciones móviles y afectaría a las posibilidades de elección de los consumidores de Reino Unido.
El Ejecutivo comunitario anunció en octubre del año pasado una investigación en profundidad de la transacción, que habría combinado O2 y Three, en manos de Hutchison Whampoa. Telefónica había cerrado en marzo un acuerdo con el grupo hongkonés para la venta de su filial por 10.250 millones de libras esterlinas.
Bruselas ha determinado tras su análisis de la operación que la venta habría eliminado a un competidor importante del mercado y habría dejado solo a dos operadores de redes móviles (Vodafone y Everything Everywhere, de BT) para competir con la entidad fusionada. Además, la Comisión considera que las contrapartidas ofrecidas por Hutchison no resolvieron las "serias reservas suscitadas por la adquisición".
La comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, ha señalado que "permitir que Hutchison adquiriera O2 en las condiciones que proponía habría sido perjudicial para los consumidores del Reino Unido y para el sector de las comunicaciones móviles".
"Nos preocupaba mucho que los consumidores tuvieran menos posibilidades de elección para encontrar un paquete de telefonía móvil que se ajustara sus necesidades y pagaran más que sin la operación. También habría obstaculizado la innovación y el desarrollo de la infraestructura de red en el Reino Unido, lo que supone un problema grave, especialmente en mercados en rápida transformación", ha añadido en un comunicado.
Además, preguntada por la posibilidad de que el referéndum sobre la permanencia de Reino Unido en la UE haya influido en la decisión final de Bruselas, la comisaria ha negado que haya habido interferencias políticas en la investigación y ha defendido que el Ejecutivo comunitario "está obligado a analizar el caso sobre los hechos".
"Trabajamos muy de cerca con los reguladores nacionales en todos los casos. Pero el tema es que estamos obligados a analizar el caso sobre los hechos, y el timing está diseñado a través de la notificación de las partes. Obviamente, no podemos dejar a la política que interfiera en nuestra toma de decisiones, ni en este caso ni en otros casos", ha afirmado en rueda de prensa.
"Puedo asegurar que esta decisión pesa 2,56 kilogramos, la pesé yo misma", ha bromeado Vestager, para después aclarar que se trata de una decisión "muy pesada" con mucho trabajo de por medio. "No podemos dejar que los políticos interfieran en esto", ha zanjado.
RESERVAS DE BRUSELAS
En concreto, el departamento de Vestager ha argumentado su decisión a través de tres grandes reservas. La primera de ellas defiende que Three y O2, juntas, habrían sido líderes en el mercado con una cuota superior al 40% y habrían tenido "muchos menos incentivos para competir con Vodafone y EE", lo que habría reducido las posibilidades de elección y la calidad del servicio para los consumidores británicos.
Además, Bruselas defiende que con la adquisición, los precios de las comunicaciones móviles minoristas habrían sido más elevados para todos los operadores del Reino Unido.
En segundo lugar, la Comisión subraya que la entidad fusionada habría formado parte de dos acuerdos de uso compartido de red (MBNL y Beacon) y que su papel en ambas redes habría debilitado a sus competidores y obstaculizado el desarrollo de la infraestructura de comunicaciones móviles en Reino Unido, por ejemplo, con respecto al despliegue de tecnología de nueva generación (5G).
Por último, el Ejecutivo comunitario señala que la venta habría reducido el número de operadores móviles dispuestos a albergar a otros operadores en sus redes y que esto habría dejado a los operadores móviles virtuales existentes y potenciales "en una posición de negociación más débil para obtener condiciones de acceso mayoristas favorables".
LAS CONTRAPARTIDAS DE HUTCHISON NO CONVENCEN
Con el objetivo de abordar estas preocupaciones , Hutchison ofreció contrapartidas, pero el Ejecutivo comunitario considera que "no resolvían los problemas estructurales creados por la perturbación de los actuales acuerdos de uso compartid de red en el Reino Unido" y que tampoco suplían la competencia debilitada en los mercados de telecomunicaciones móviles minorista y mayorista.
En la misma línea, Bruselas opina que las medidas principalmente de comportamiento suscitaron gran incertidumbre en cuanto a su aplicación y supervisión efectivas, debido a que "era difícil definirlas con precisión y algunas dependían de que se acordaran otras".
En definitiva, la Comisión concluye que las contrapartidas propuestas "no habrían podido impedir el probable impacto negativo sobre los precios, la calidad del servicio y la innovación de la red en el sector de las comunicaciones móviles en el Reino Unido como resultado de la adquisición".