MADRID, 4 Ene. (EDIZIONES) -
El sistema financiero español está a punto de poner fin a un año tranquilo. Sin haber afrontado unos test de estrés como el pasado ejercicio, con los balances saneados y partiendo de una posición sólida y solvente, la banca se prepara para encarar un 2016 lleno de retos.
De cómo los afronte dependerá su futuro, si bien es cierto que algunos de ellos no están relacionados con la evolución del sector propiamente dicha:
-- Contexto político: El incierto panorama que han dejado en España las elecciones del pasado 20 de diciembre, cuyo resultado obliga a los partidos a llegar a acuerdos para la formar Gobierno, supone un obstáculo para la banca, puesto que su extrema regulación dependerá de la determinación que tenga el partido que esté en el poder para mantener las reformas.
-- Baja rentabilidad: El actual entorno de tipos de interés cercanos a cero está afectando a la rentabilidad de las entidades, que se ven obligadas a replantear su negocio con el objetivo de elevar sus ratios de rentabilidad sobre recursos propios (ROE). Son muchos los que dentro del sector abogan por abrir un nuevo periodo de fusiones para mejorar este aspecto, aunque otras voces entienden que las compras no son la solución al problema.
-- Nuevo mapa de comisiones bancarias: Pese a la aprobación de un Real Decreto con el que el Gobierno intentaba regular el cobro por la retirada de dinero en efectivo de los cajeros automáticos, las entidades financieras no han conseguido establecer una política común. Así, mientras que Caixabank, BBVA y Santander apuestan por cobrarse entre 1,5 y 2 euros por cada transacción, el resto de entidades han llegado a acuerdos bien bilaterales bien con comisiones más moderadas en relación con la de los tres grandes bancos. Ahora está por ver cuáles de ellos repercutirán este importe al cliente y si habrá movimientos entre entidades en busca de un mejor servicio.
-- Presión regulatoria: Tras las severas normas de años pasados, los bancos tendrán que seguir afrontando nuevas exigencias que dificultarán la tarea de mejorar la rentabilidad y ofrecer más crédito. Por el momento, se espera un cambio en la metodología de las provisiones para ajustarlas a la normativa europea. Con la entrada en funcionamiento del Mecanismo Único de Supervisión, las entidades españolas deberán atender a los requerimientos fijados por el Banco Central Europeo, su supervisor directo.
--- Aparición de nuevos competidores: Durante 2016, las entidades españolas ya no solo tendrán que competir entre ellas como han venido haciendo tradicionalmente, sino que habrán de prepararse para la llegada de nuevos competidores, como la banca en la sombra o las 'fintechs', que tienen como principal ventaja la ausencia de regulación. En el sector ya admiten que las nuevas 'startups' financieras están robando cuota de mercado a los bancos de toda de la vida, especialmente en medios de pago y divisas.