SEVILLA 21 Ene. (EUROPA PRESS) -
Los trabajadores de la fábrica de Clesa, del grupo Nueva Rumasa, en Sevilla presentarán una demanda de conflicto colectivo ante el Juzgado de lo Social tras concluir sin avenencia el Servicio Extrajudicial de Resolución de Conflictos Laborales de Andalucía (Sercla) por el retraso en el pago de las nóminas a su plantilla registrado en los últimos meses, celebrado este viernes en Sevilla.
Según han indicado a Europa Press fuentes del comité de empresa, a los trabajadores les adeudan la nómina y la paga extra de diciembre y temen que "tampoco 0paguen el mes de enero", de forma que de media, a cada uno de los 74 empleados se les adeuda unos 2.500 euros, una cantidad que oscila en función de aspectos como la categoría profesional.
Las mismas fuentes han lamentado la falta de acuerdo con Nueva Rumasa y han apuntado que "la empresa dice que está buscando financiación y que va a pagar" a los trabajadores, aunque éstos que presentarán una demanda ante el juzgado por la vía social.
"La situación es muy mala y hay auténticos dramas, con trabajadores que están pidiendo dinero a sus padres con 40 años para pagar el recibo de la luz o que se van a comer a casa de familiares", han agregado las fuentes, que han advertido de que no descartan "radicalizar su posición" con movilizaciones si se mantiene la situación.
Ya hace varias semanas, los sindicatos CCOO y UGT han apuntado en una nota conjunta que esto "ha puesto a toda la plantilla y a sus familias en una situación insostenible, llegando en algunos casos a situaciones familiares dramáticas", por lo que el comité de empresa, "si bien ha intentado aguantar al máximo y ha intentado negociar mes tras mes el pago de dichas nóminas", se ha visto "obligado a interponer una reclamación ante el Sercla para intentar llegar a un acuerdo.
NUEVA RUMASA: "SON MEDIDAS DE PRESIÓN".
Por su parte, un portavoz de Nueva Rumasa negó, en declaraciones a Europa Press, que haya este tipo de retrasos en las nóminas y atribuyó las actuaciones de los trabajadores a "medidas de presión" con las que pretenden que Clesa no deje la producción en la planta de Sevilla, que la empresa tiene alquilada a Corporación Alimentaria Peñasanta (Capsa).
Clesa, que opera en la fábrica sevillana de yogures desde finales de 2008 en régimen de alquiler, tiene previsto rescindir de forma anticipada el contrato de arrendamiento suscrito con Capsa por un periodo de cuatro años.