MADRID, 22 (EUROPA PRESS)
La economía española creció un 2,7% en el primer trimestre del año, ocho décimas menos que en el trimestre precedente (3,5%) y 1,4 puntos menos que en igual periodo de 2007 (4,1%), según los datos de Contabilidad Nacional Trimestral publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
En términos intertrimestrales, el PIB registró un crecimiento del 0,3%, cinco décimas por debajo del incremento registrado en el trimestre anterior y siete décimas inferior al logrado hace un año, cuando la economía española creció un 1% en tasa intertrimestral.
El crecimiento interanual registrado en el primer trimestre del año es el más bajo desde el cuarto trimestre de 2002, cuando el PIB aumentó también un 2,7%. En cuanto al crecimiento intertrimestral, la cifra obtenida entre enero y marzo de este año (0,3%) es la más baja desde el tercer trimestre de 1995, cuando el PIB también creció un 0,3%.
Ante estos datos, el INE señala que la economía española prosigue la senda de desaceleración que inició en el segundo trimestre de 2007, aunque destaca que su crecimiento continúa siendo de los más elevados entre las economías europeas.
El organismo estadístico atribuye la moderación en el ritmo de avance del PIB a la desaceleración de la demanda nacional, que redujo nueve décimas, hasta el 3%, su aportación al crecimiento agregado. Ello se vio parcialmente compensado por una aportación menos negativa del sector exterior, que pasó de restar 0,4 puntos a restar 0,3 puntos.
El PIB a precios corrientes creció a una tasa interanual del 5,8% en el primer trimestre, desacelerando seis décimas su ritmo de avance. De esta manera, el deflactor implícito de la economía se situó en el 3,1%, dos décimas más que el trimestre anterior.
EL GASTO DE LOS HOGARES SE DESACELERA.
El gasto en consumo final de los hogares desaceleró su crecimiento nueve décimas, hasta el 1,8%, en línea con una evolución más negativa que en el trimestre precedente de los indicadores asociados a esta variable, como el nivel de empleo, la renta disponible de las familias, las ventas de automóviles o el comercio minorista, entre otros.
Por su parte, el gasto en consumo final de las administraciones públicas se aceleró entre enero y marzo hasta el 4,7%, tres décimas más que en el trimestre precedente, debido a la mayor intensidad en las compras de bienes y servicios de estas administraciones.
La formación bruta de capital fijo redujo su tasa de crecimiento hasta el 3,2%, frente al 4,8% del trimestre anterior, desaceleración que puede observarse en sus tres grandes componentes: bienes de equipo, construcción y otros productos.
En concreto, la inversión en bienes de equipo, pese a ser el agregado más dinámico de la demanda nacional, registró un crecimiento inferior en más de dos puntos al logrado en el trimestre anterior, un 6,3% frente al 8,6% del trimestre precedente. En la misma línea, la formación bruta de capital fijo en otros productos rebajó su crecimiento en el primer trimestre hasta el 5,2%, frente al 6,1% del cuarto trimestre de 2007.
LA INVERSIÓN EN CONSTRUCCIÓN PROSIGUE SU DESCENSO.
Por su parte, la inversión en construcción siguió moderando su avance, pasando de un crecimiento del 2,9% en el último trimestre del año pasado a una tasa del 1,3% en los tres primeros meses del presente ejercicio. Esta desaceleración afectó tanto a la edificación residencial como a las otras construcciones.
Concretamente, en el caso de la construcción residencial, y debido a la cada vez menor demanda de viviendas por parte de los hogares, el INE señala que el flujo de viviendas iniciadas se va reduciendo, de forma que el volumen de obra en construcción y la inversión en la misma presentan registros "cada vez más desfavorables". De hecho, en el primer trimestre, el crecimiento de la inversión en vivienda se ha reducido desde el 1,8% al -0,2%.
Por su parte, la inversión en edificios no residenciales y en infraestructuras mantuvo en el primer trimestre un tono positivo, con un crecimiento del 3% que, no obstante, fue un punto inferior al del trimestre anterior.
Por al lado de la demanda externa, su menor contribución negativa al crecimiento del PIB es fruto de un comportamiento menos dinámico tanto de las exportaciones como de las importaciones, aunque esta moderación fue más intensa en el caso de estas últimas.
IMPORTANTE MODERACIÓN DE LAS EXPORTACIONES.
Concretamente, las exportaciones de bienes y servicios redujeron su tasa de crecimiento del 5,1% al 5%, con una evolución opuesta en sus dos componentes. Así, las exportaciones de bienes se aceleraron cinco décimas, hasta el 5,1%, mientras que las de servicios moderaron su avance desde el 6,3% al 5%. Sin embargo, dentro de esta evolución menos favorable de los servicios, destaca la aceleración, en una décima, del gasto turístico de los no residentes, que pasó del 0,3% al 0,4%.
Las importaciones de bienes y servicios, por su parte, atenuaron cuatro décimas su crecimiento, hasta el 5%, con una evolución más expansiva del componente de bienes, que pasó de crecer un 4,7% a hacerlo en un 5,9%, y un comportamiento menos dinámico de las importaciones de servicios, que experimentaron un fuerte retroceso en su crecimiento, al pasar del 8,2% a una tasa del 1,3%.
Desde la óptica de la oferta, el INE apunta que las tasas de crecimiento se redujeron casi de manera generalizada. Las ramas industriales registraron una tasa negativa del 0,3%, mientras que las ramas energéticas atemperaron su crecimiento cinco décimas, hasta el 4%, como consecuencia de una climatología en invierno más benigna de lo habitual, lo que se tradujo en una menor producción energética.
En línea con la evolución de la inversión en construcción, el valor añadido bruto de esta rama de actividad desaceleró su ritmo de crecimiento desde el 2,8% al 1,4%, debido a la moderación de la obra civil y a la contracción experimentada en la producción de viviendas.
Por su parte, la actividad en las ramas de los servicios disminuyó medio punto su tasa de crecimiento, hasta el 3,7%, evolución que compartieron tanto los servicios de mercado como los de no mercado, con crecimientos del 3,5% y del 4,2% en este trimestre, frente al 3,9% y el 5% del trimestre anterior, respectivamente.
CASI 322.000 NUEVOS EMPLEOS.
El empleo, medido en términos de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, moderó ocho décimas su ritmo de avance y registró un crecimiento interanual del 1,7% en el primer trimestre, lo que supuso la creación neta de casi 322.000 empleos en el último año.
Atendiendo al empleo ocupado por ramas de actividad, destaca, por un lado, el retroceso experimentado por la construcción, con una tasa negativa del 1,1%, y por otro, el repunte mostrado en las ramas energéticas e industriales, con un crecimiento del 1,7% que pone fin a los registros negativos de los últimos tres trimestres.
De acuerdo con los datos del INE, la productividad aparente del factor trabajo de la economía aumentó un 1% en tasa interanual, una décima superior a la del trimestre precedente.
Finalmente, la remuneración de los asalariados se moderó ocho décimas, hasta el 5,9%, como resultado de la desaceleración en nueve décimas del empleo asalariado, compensado en parte por la subida en una décima de la remuneración media. De esta forma, el coste laboral por unidad de producto creció una décima más que en el trimestre anterior, hasta el 2,9%, situándose dos décimas por debajo del deflactor implícito del PIB.