MADRID 7 Abr. (EUROPA PRESS) -
El 30 por ciento de las muertes por accidentes de trafico se podría evitar con una asistencia adecuada en el lugar del siniestro, según informó hoy en un comunicado la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), con motivo de las operaciones de salida y retorno de la Semana Santa.
El coordinador del Grupo de Urgencias y Atención Continuada de semFYC, el doctor Juan Antonio Cordero, señaló que "saber qué cosas se pueden hacer y cuáles no ante un accidente puede ser determinante para salvar la vida de una persona o reducir las secuelas del siniestro".
Entre los factores de riesgo más improtante, el grupo destaca que el factor humano tiene una responsabilidad indiscutible como causa principal de más de las tres cuartas partes de los accidentes. "Conducir en estado de intoxicación por alcohol o drogas y no utilizar los dispositivos de seguridad constituyen dos de los principales causas de lesiones", apuntó Cordero.
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Los accidentes de tráfico se sitúan en el quinto lugar entre las principales causas de muerte, tras las enfermedades del aparato circulatorio, los tumores, las infecciones respiratorias y los trastornos digestivos.
En el 37% de los accidentes de tráfico mortales, el conductor había consumido alguna bebida alcohólica y un 10% de los fallecidos o heridos habían tomado alguna sustancia con efectos psicoactivos.
Tradicionalmente, la labor del médico ha sido la de prestar asistencia al accidentado y la rehabilitación de las lesiones, sin embargo es igualmente importante su labor en la prevención. "Los profesionales sanitarios", explica el doctor Luis Aguilera, presidente de semFYC, "sobre todo los que trabajamos en Atención Primaria, tenemos una situación privilegiada para potenciar la prevención de estos accidentes. Nuestra cercanía y contacto con el paciente nos permite intervenir sobre conductas de riesgo como son el consumo de alcohol y drogas; la correcta utilización de medicamentos a la hora de conducir; el empleo de dispositivos de seguridad, etc. Por lo que debemos aprovechar cualquier visita del paciente, y más en estos días de vísperas de vacaciones, para ofrecerles recomendaciones encaminadas a evitar posibles accidentes".
Qué puede hacer el ciudadano ante un accidente de tráficoEs importante que la persona que se encuentra ante un accidente sepa que debe actuar siempre y cuando esto no entrañe riesgos para si mismo.
Los médicos de familia aconsejan en primer lugar, alertar a los profesionales llamando al 112 o al número de emergencias de nuestra región para facilitar todos los datos que ellos soliciten.
Si es preciso actuar, es imprescindible seguir una serie de consejos. Estos son algunos de ellos: Llevar chaleco reflectante.
Estacionar el vehículo como mínimo a quince metros del siniestro con fácil acceso y donde no obstaculice la circulación. Y mejor hacerlo sobrepasado el accidente, para que los desplazamientos hacia el mismo sean en sentido contrario al de la circulación.
Colocar señales de peligro entre cincuenta y ciento cincuenta metros.
Prestar atención en la escena a los letreros e indicaciones de productos tóxicos que podemos encontrar (camiones volcados, fábricas y almacenes con pinturas o productos químicos, etc.).
Apagar el motor de los vehículos accidentados y desconectaremos la batería si no han llegado los cuerpos de seguridad.
Si en el accidente de tráfico hay llamas: Estacionar el vehículo a una distancia superior a 50 metros.
La aproximación se realizará en la dirección del viento y lateralmente a la columna de humo.
En caso de vehículo incendiado, no debe abrirse el capó y quitar el tapón del tanque de la gasolina para evitar la explosión.
Si se utiliza un extintor hay que dirigir el chorro a la base de las llamas.
Respecto a la movilización del paciente con trauma grave, el ciudadano debe saber que toda persona que sufre un trauma grave tiene una lesión cervical hasta que no se demuestre lo contrario. Algo que, según los expertos, debe ser tenido en cuenta al acercarse a la persona lesionada hasta que llegue el dispositivo sanitario, ya que sólo en el hospital se descartará definitivamente la lesión cervical.
Otro factor clave en la movilización de estos pacientes es evitar que tenga obstruida la vía aérea. De hecho, la causa más frecuente de muerte evitable en los traumatismos graves es la obstrucción de la vía aérea producida por el deslizamiento hacia atrás de la lengua, cuando existe una disminución del nivel de conciencia y el paciente se encuentra tumbado hacia arriba. Se abre la vía aérea realizando la maniobra frente-mentón. A este respecto los médicos subrayan que debe suponerse que una persona inconsciente presenta una obstrucción de la vía aérea por caída de la lengua y obstrucción de la faringe. Cuando está garantizada la entrada de aire, el siguiente paso es comprobar que el paciente respira. Si hubiera una situación de parada cardiorrespiratoria se debe proceder de inmediato con la reanimación cardiopulmonar.
La causa más frecuente de mal estado circulatorio es la perdida de volumen sanguíneo por hemorragia interna o externa. En caso de hemorragia externa, se aconseja identificar los puntos sangrantes y aplicar compresión directa local. Es muy importante prevenir y evitar la hipotermia, tapando y calentando al accidentado, ya que la hipotermia puede producir un importante deterioro del estado circulatorio. Otros pasos fundamentales en el manejo de estos pacientes es comprobar si se encuentra consciente y controlar la hipotermia, ya que ésta última empeora su estado. Por eso se aconseja taparle con ropa para evitar que se enfríe.
Los especialistas subrayan que en los pacientes graves la población general no debe realizar ninguna maniobra de movilización; en estos casos, el ciudadano debe controlar que no muevan el cuello, tranquilizar al paciente y pedir ayuda aportando la mayor cantidad de datos posible.
Si las circunstancias obligan a movilizar y trasladar al paciente, debe hacerse como si éste fuera un solo bloque de cabeza-tronco-extremidades. Las normas básicas para la prevención de lesiones en columna y articulaciones son: Aproximarse al máximo al peso a levantar manteniendo los codos pegados al cuerpo, el peso se eleva con las palmas.
Flexionar las rodillas y agacharse en vez de doblar la columna para levantar un peso; la columna debe permanecer en posición vertical.
Si se moviliza un paciente entre varias personas los movimientos han de estar coordinados y dirigidos por un líder.
De pie separar las piernas adelantando la derecha.
Con la carga nunca efectuar giros de cadera o rodilla, mover el pie delantero para ello.