Unespa a está a la espera de que se apruebe el Real Decreto que regulará este sistema ofrecer información "parecida" a sus clientes
MADRID, 13 Ene. (EUROPA PRESS) -
La Seguridad Social prevé enviar a finales de este año una carta personalizada por correo ordinario a los cotizantes españoles de más de 50 años con información sobre su expectativa de pensión de jubilación, y prevé extender esta comunicación con carácter anual a todos los cotizantes en un plazo máximo de tres años, ha informado el Ministerio de Empleo tras dar cuenta de este plan a los agentes sociales.
El objetivo es que cada ciudadano conozca con antelación suficiente el importe estimado de su pensión una vez finalice su carrera profesional, por lo que la información referente a la pensión pública procedente de las entidades gestoras de la Seguridad Social --Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) e Instituto Social de la Marina (ISM)-- se completará con la que aporten las gestoras de planes y fondos de pensiones y las mutuas de previsión.
Fuentes de la patronal de las aseguradoras Unespa han indicado a Europa Press que están a la espera de que el Gobierno defina el sistema de comunicaciones que operará en la Seguridad Social para trazar las condiciones y criterios a seguir y "arrancar a la vez".
Según han indicado, las aseguradoras también informarán con carácter anual a sus clientes, de forma "parecida" a como lo hará la Seguridad Social, con la diferencia de que se tratará de proyecciones sobre aportaciones a fondos y planes de pensiones voluntarias, y por tanto, no periódicas, que añaden una dificultad adicional al cálculo de la futura pensión.
Según señala el Ministerio de Empleo, se trata en todo caso de aportar una información "aproximada y orientativa", proyectada bajo la hipótesis de que el ciudadano continuará trabajando y cotizando a la Seguridad Social de forma estable y realizando aportaciones a los planes y fondos que tuviera suscritos, de forma similar a como lo venía haciendo.
En estos momentos, la Seguridad Social se encuentra trabajando en los desarrollos informáticos necesarios para concretar el proyecto, de forma que "previsiblemente en el cuarto trimestres los españoles cotizantes recibirán por correo ordinario la información aproximada y orientativa sobre su futura jubilación", precisa.
Además, Empleo recuerda que este plan viene a cumplir el mandato incluido por el Pacto de Toledo en la reforma de las pensiones de 2011, en la que llama la atención sobre la necesidad de trasladar al ciudadano la importancia que tiene la carrera de cotización sobre su futura pensión de jubilación y recomienda que todo cotizante reciba, al menos una vez al año, una información sobre el importe estimado de su futura jubilación. Así pues, el Gobierno elaborará un Real Decreto que dará soporte reglamentario a este procedimiento.
EL TRABAJADOR DEBE SER "PARTÍCIPE".
El secretario de Estado de Seguridad Social, Tomás Burgos, ha señalado que de esta forma se avanza en los objetivos de transparencia y mejora de la información y, al mismo tiempo, se da un paso para que cada trabajador se sienta "partícipe" de su futura previsión social de forma que, "conociendo con suficiente antelación el nivel económico del que disfrutará con su jubilación, podrá adoptar las decisiones de ahorro que más le convenga".
En marzo de 2013, Burgos ya adelantó la intención del Gobierno de establecer este sistema de comunicaciones. Según dijo, este sistema para nada tendrá "efectos jurídicos".
Entonces, Empleo también sopesaba incluir en la carta otras informaciones como los recursos del sistema o posibles cambios legislativos y cambiar el sistema de nóminas para incluir información sobre cómo se reparten las obligaciones de cotización entre el trabajador y el empresario para que el ciudadano conozca a qué se dedica el dinero de las cotizaciones.
Burgos advirtió en aquel momento que la puesta en marcha de este sistema de información supone "un desafío técnico organizativo con pocos precedentes" en la Seguridad Social, de ahí que se empiecen a realizar estos envíos a personas a partir de los 50 años.
A su juicio, se trata de una edad "razonable" en la que aún hay capacidad para tomar decisiones, pero que permite construir un sistema de información no excesivamente tan costoso como el que derivaría de extender estas comunicaciones a todos los trabajadores.