MADRID, 17 Ene. (EDIZIONES) -
Cuando los antiguos poetas inventaron un animal fabuloso con cuerpo de caballo y un cuerno recto en mitad de la frente, jamás pensaron que esa criatura mitológica podría relacionarse, un día, con las empresas tecnológicas punteras del siglo XXI. Pero ocurrió.
Fue en noviembre de 2013, cuando Aileen Lee, fundadora del fondo de inversión Cowboy Ventures, escribió un post en TechCrunch sobre el mundo de las startups. Y escogió un nombre con barniz onírico para bautizar a estas empresas. Las llamó 'unicornio'.
"El término recrea la historia de las empresas tecnológicas que pasan de ser algo lejano y complicado a algo mágico, simpático, raro y potente", declaró Lee tiempo después para explicar la génesis del nombre elegido.
Lee acuñó el término 'unicornio' para referirse al exclusivo club de las empresas tecnológicas o startups que habían conseguido superar los 1.000 millones de dólares de valoración antes de salir a Bolsa y con la única participación de inversores privados.
Estas compañías, la mayoría con menos de cinco años, han cambiado la forma en la que viajamos, trabajamos, compramos o hacemos pagos, y tienen un gran potencial. Es decir, las startups en las que todo el mundo quiere invertir.
La revista Fortune publica un listado de los miembros de esta asociación de "élite". Actualmente, la lista supera las 130 compañías e incluye a marcas reconocidas como Uber, Airbnb, Snapchat, SpaceX, Pinterest, Spotify y Dropbox.
Por países Estados Unidos es el claro dominador, con 78 startups. Después, muy lejos, están China e India con 21 y 6 'unicornios' respectivamente. En total hay 16 países representados, entre los que no está España.
EMPRESAS JÓVENES CON POCAS MUJERES
Las unicornio son empresas con equipos muy jóvenes, alrededor de los 34 años de media. Llama la atención que no suelen tener mujeres al frente. Solo hay dos mujeres responsables de 'unicornios' y no hay CEO en el resto.
Aportan al mercado un modelo empresarial muy vinculado a las redes sociales y destinado al consumidor final. Tienen mucho protagonismo en los medios de comunicación, influencia en la cultura, arrastran mucho talento y tienen la capacidad de atraer dinero a un territorio.
Son empresas que suelen basarse en una economía colaborativa que va muy por delante de la legislación actual. Rompen las reglas del juego prestando servicios muy nuevos que crean tensiones legales con los países, como se ha visto en los casos de Uber o Airbnb.
¿UNA NUEVA BURBUJA?
Sin embargo, no todo es fortaleza, potencial y un futuro prometedor para las unicornio. El temor, creciente en el último año, es que las altas valoraciones de estas empresas puedan contribuir a un nueva burbuja. No una burbuja del mercado de valores, como ocurrió en el año 2000. Más bien una burbuja especulativa.
Para Forbes, el valor de las 'unicornio' está inflado: básicamente se ha entrado una espiral alcista de valoraciones calculadas mediante fórmulas perversas, de la que los fondos de capital riesgo no pueden salir si no quieren quedarse fuera. Pero esto no va a suponer una burbuja.
Los defensores de esta teoría mantienen que los inversores tienen cada vez más experiencia sobre la valoración de los proyectos tecnológicos y si alguna de las empresas no cumple las expectativas es menos probable que afecte al resto.
UNICORNIOS CONTRA DINOSAURIOS
Además muchos contraponen las 'unicornio' con las empresas que califican como dinosaurios, las grandes compañías en las que las decisiones son más lentas, su adaptación a las innovaciones más difícil de asimilar y que muchas veces tienen problema para retener talento
Algunos, incluso, se atreven a esbozar un panorama prácticamente apocalíptico en el que la mayoría de las grandes empresas cotizadas sufrirán el impacto de la disrupción tecnológica a manos de 'unicornios', que lleve a los dinosaurios a desaparecer en una era del hielo económica.
Las 'unicornio' son empresas que transforman mercados y desafían preceptos económicos. La pregunta es ¿serán sostenibles en el largo plazo?
Al igual que sucedió con la burbuja puntocom, de las 'unicornios' es probable que sólo salgan victoriosas aquellas compañías que tienen un valor real y no uno simulado.