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BRUSELAS, 17 Feb. (EUROPA PRESS) -
Los países de la eurozona están "extremadamente cerca de un acuerdo" para desbloquear el próximo lunes 20 de febrero el segundo rescate de 130.000 millones de euros para Grecia y evitar así la quiebra del país y su salida del euro, según han informado fuentes diplomáticas.
La ayuda estará sometida a estrictas condiciones, ya que se depositará en una cuenta bloqueada con el fin de garantizar que se destine prioritariamente al pago de la deuda y sólo después a financiar los servicios públicos. Además Atenas deberá poner en marcha antes de final de mes una serie de medidas de ajuste ya comprometidas para recibir los fondos.
"Consideramos que debe haber un acuerdo. No nos situamos en una situación de fracaso", han explicado las fuentes consultadas. "No podemos permitirnos el lujo de esperar. Cuanto más esperamos, más aumenta el coste", han resaltado.
La única cuestión técnica pendiente de finalizar antes del lunes es la estructura que tendrá la cuenta bloqueada para el dinero del rescate. Tampoco se descarta que Alemania, Países Bajos y Finlandia vuelvan a pedir un control reforzado sobre Grecia, por ejemplo mediante una 'troika' permanente en Atenas de la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI), con el objetivo de garantizar que esta vez sí se aplicarán las reformas prometidas.
De momento se ha desechado la idea de retrasar el segundo rescate hasta después de las elecciones anticipadas, que se celebrarán en abril, tal y como sugirió el ministro holandés de Finanzas, Jan Kees de Jager. El problema es que habría que conceder a Grecia un crédito puente para cubrir el vencimiento de deuda por valor de 14.500 millones el 20 de marzo.
Y pierde fuerza la posibilidad de dividir el plan de ayuda en dos grandes tramos, como quería Berlín. Sólo para poner en marcha el canje de bonos mediante el cual la banca condonará a Grecia 100.000 millones de deuda, una de las medidas fundamentales del segundo rescate, se necesitan 30.000 millones de euros de incentivos del sector público y otros 35.000 millones de garantías temporales para que el Banco Central Europeo (BCE) siga aceptando los bonos griegos de colateral. La mayoría de países no quiere desbloquear estos fondos sin tener completamente cerrado el plan de ajuste que se exige al Gobierno griego.
Atenas ya ha cumplido las tres últimas condiciones que le impuso el Eurogrupo para desbloquear el rescate: la aprobación del plan de ajuste de 3.300 millones en el parlamento; el compromiso escrito de los dos líderes mayoritarios -el socialista George Papandreu y el conservador Antonis Samaras- de que aplicarán los recortes gane quien gane las elecciones; y la identificación de medidas adicionales en 2012 por valor de 325 millones. "Si no hay acuerdo no será por un problema técnico", señalan las fuentes.
REDUCCIÓN DEL TIPO DE INTERÉS
Si el segundo rescate se desbloquea el lunes, el miércoles 22 de febrero se lanzaría ya la oferta de canje de bonos a la banca para hacer efectiva la quita a la deuda griega. Según ha trascendido, los nuevos bonos tendrán un vencimiento a 30 años y un interés de alrededor del 3,5%, con lo que los acreedores privados asumirán unas pérdidas reales de entorno al 70%.
Pero según el análisis sobre la sostenibilidad de la deuda griega realizado por la 'troika', ni la quita ni el segundo rescate servirán para lograr reducirla del 160% al 120% del PIB de aquí a 2020, el objetivo fijado por los líderes europeos en octubre. Por ello, los países de la eurozona se plantean rebajar de nuevo el tipo de interés que cobran a Atenas por el rescate, según las fuentes consultadas.
Además, el BCE ya ha indicado que podría participar en el segundo rescate para cubrir la cantidad que falta. A diferencia de los acreedores privados, no asumirá pérdidas sobre los 50.000 millones de euros de deuda griega que tiene en su balance, pero sí que renunciará a los posibles beneficios que lograría de mantener los bonos hasta su vencimiento, ya que los compró con fuertes descuentos, y los repartirá entre los países de la eurozona, que a su vez los trasladarán a Grecia. Ello reducirá en alrededor de 11.000 millones la carga de la deuda helena.