PALENCIA 4 Dic. (EUROPA PRESS) -
La familia Fernández Calvo, de raíces palentinas y actual propietaria desde el pasado verano de Europraliné-Trapa, invertirá cerca de 10 millones de euros durante los próximos años en la planta de Dueñas de la empresa chocolatera con el objetivo de recuperar la calidad y el servicio prestado por la fábrica.
Así lo ha indicado este miércoles el director general de Europraliné-Trapa, Carlos Monzón, quien ha acompañado al subdelegado del Gobierno, Luis Miguel Cárcel, al delegado territorial de la Junta de Castilla y León en Palencia, Luis Domingo González, al presidente de la Diputación, José María Hernández, al alcalde de Palencia, Alfonso Polanco, y al alcalde de Dueñas, Miguel Ángel Blanco, en la visita que han realizado a la planta de la empresa palentina.
Carlos Monzón ha señalado que se trata de una nueva etapa para la fábrica en la que esperan "estar en el corazón de todos los clientes" y donde "el primer objetivo del negocio ha sido sostenerlo". Una situación que venía marcada por los casi dos años que la empresa ha estado en concurso de acreedores tras ser propiedad de Ruiz Mateos y que tras "muchos meses de duro trabajo" se ha conseguido resolver.
Además, otro de los temas más convulsos de la fábrica como es la situación laboral de los trabajadores también cuenta ya con las bases asentadas para que se resuelva, se ha formado un nuevo convenio colectivo y la plantilla ya se ha visto incrementada en 10 profesionales, a los que se sumarán más "según vayan surgiendo nuevas necesidades en el negocio y nuevos retos".
De igual forma el director general de Europraliné-Trapa ha apuntado que tienen "un plan industrial importante para reflotar la parte de maquinaria e instalaciones" donde ya se han incorporado equipos nuevos y se han recuperado las condiciones de otros equipos existentes a lo que se suma la adaptación a los gustos cambiantes del mercado por lo que es necesario "adaptar las instalaciones a nuevos modelos, nuevos formatos".
El propio Carlos Monzón ha remarcado que "la marca es Trapa y el corazón de Trapa es Europraliné" por lo que ambas identidades irán unidas bajo una nueva imagen donde el logo está formado por dos vocales 'A' que unidas forman una tercera y con el color naranja por bandera.
MERCADO EXTERIOR
El director general de Europraliné-Trapa ha explicado que "todavía no están al ritmo que pueden estar" pero no duda de que la "fabrica tiene capacidad de sobra para inundar el mercado de buen chocolate". Y es que si bien se trabaja a dos turnos aún hay mucho trabajo por delante para recuperar una serie de certificaciones de calidad que se han perdido durante los pasados años así como la cartera de clientes donde se ha llegado a perder el 90% de los mismos.
Pese a todo, Carlos Monzón se muestra optimista y ha recordado que "todos los días hay oportunidades nuevas y no vamos a dejar ninguna atrás" como son los pedidos procedentes de China, Estados Unidos Oriente Medio o África y ante cualquier adversidad "no va a haber muro que no podamos derribar" con el gran equipo con el que contamos.
En este sentido ha afirmado que "el mundo es amplio y Trapa estará ahí" porque "no somos capaces de ver cuál es nuestro techo". Y es que, tras la muy desfavorable situación en la que se encontraba la empresa, tiene claro que en el futuro solo se puede crecer y es lo que harán.
122 AÑOS DE HISTORIA
En diciembre de 1891 los monjes trapenses inauguraban la fábrica situada en la localidad palentina de Dueñas que el pasado verano la familia Fernández Calvo adquiría tras casi dos años en concurso de acreedores.
El Grupo Calvo, que es también accionista de Mahou-San Miguel y participa en otras empresas relacionadas con el reciclado, decidió hacerse con la chocolatera palentina entre otras cosas por el "apego y cariño a la tierra" y espera que la centenaria fábrica pueda continuar adelante al menos otros 100 años más.