MADRID, 2 May. (EUROPA PRESS) -
Varios miles de personas, 25.000 según los convocantes y unos 9.000 según la Policía Nacional, se manifestaron ayer en Madrid por la igualdad, el salario digno y la inversión productiva, convocados por UGT y CC.OO. para festejar el Día Internacional del Trabajo.
La marcha arrancó a las 12.20 horas en la Plaza de Cibeles y culminó aproximadamente una hora después en la Puerta del Sol, donde los secretarios generales de UGT y CC.OO., Cándido Méndez y José María Fidalgo, respectivamente, ofrecieron sendos discursos, ligeramente enturbiados por los pitidos y abucheos de un pequeño grupo de representantes de la Unión de Jóvenes Comunistas (UCJ) al grito de "No nos representan", "Recuperemos nuestro sindicato" y "Viva la República".
Tanto Fidalgo como Méndez estuvieron presentes en la cabecera de la manifestación, en la que también participaron algunos representantes políticos, como el concejal del Ayuntamiento de Madrid por el PSOE, Pedro Zerolo, o el coordinador general de IU, Gaspar Llamazares.
La concentración, convocada bajo el lema 'Es el momento de la igualdad, el salario digno y la inversión productiva', marchó a un ritmo lento, en medio de un ambiente festivo, y estuvo protagonizada por los tradicionales colores rojo y blanco de los sindicatos convocantes. No obstante, pudieron observarse gran cantidad de banderas republicanas acompañadas de grandes pancartas con consignas como 'Ni villanos ni cortesanos, somos ciudadanos republicanos'.
Durante la marcha, se fueron sucediendo las diferentes pancartas, con mensajes contra la liberalización de horarios comerciales, o reivindicando la jubilación a los 60 años para los trabajadores de la construcción con carteles que portaban, sobre todo, trabajadores inmigrantes.
En esta ocasión, destacó la presencia de pancartas con mensajes sobre la actual situación de la economía española, con consignas como 'Qué barbaridad, qué barbaridad, nos meten en la crisis y nos la hacen pagar' o ' Ni reforma laboral ni rebaja salarial, que la crisis la paguen los bancos'.
Otro año más uno de los protagonistas de esta manifestación fue Antonio García de Dueñas, un señor mayor que, desde hace más de 20 años, acompaña el inicio de la marcha tocando con su armónica la Internacional.
El Partido Comunista (PCE) y las Juventudes Socialistas (JSE) asistieron a la concentración con sendas pancartas en las que se podían leer mensajes como 'Contra la reforma laboral de las multinacionales españolas y extranjeras: una misma clase obrera' o 'Ahora más igualdad, más estabilidad y mejor salario'.
Asimismo se sumaron a la concentración los representantes de la comunidad kurda, que pidieron el fin de la persecución de los trabajadores de la región; el colectivo Por los Dominicanos (PLD) que pusieron de manifiesto su apoyo a los trabajadores españoles; el Movimiento Cultural Cristiano y un grupo de representantes de Amnistía Internacional que reclamó protección para los sindicalistas colombianos.
Por su parte, el sindicato joven de CC.OO. se encargó de poner el ritmo a una concentración que transcurrió sin incidentes destacables y favorecida por un día soleado, al tiempo que reclamaba el acceso a una vivienda digna bajo el lema 'Así no hay quien viva'. También se dejaron ver representantes del colectivo gay, miembros de la plataforma 'Derecho a techo'.
FIDALGO Y MÉNDEZ, NO A LA MODERACIÓN SALARIAL
Durante los tradicionales discursos del 1º de mayo en la Puerta del Sol, los secretarios generales de CC.OO. y UGT, José María Fidalgo y Cándido Méndez, dirigieron a los políticos, a los empresarios y al Banco Central Europeo una advertencia: no aceptarán moderaciones salariales y menos si ellos mismos no dan ejemplo.
"Si el BCE y los dirigentes políticos quieren moderación salarial, que empiecen por dar ejemplo y pidan a los directivos de las multinacionales que se aprieten ellos el cinturón", espetó Méndez. Su homólogo de CC.OO. ironizó en este sentido con la petición del presidente de la patronal catalana Fomento del Trabajo, Joan Rosell, de vincular los salarios a los beneficios empresariales. "¿Ahora sí? ¿Ahora hay que socializar la caída de los beneficios? Pues no lo vamos a permitir?, subrayó Fidalgo.
En el transcurso de sus intervenciones, Fidalgo y Méndez defendieron la necesidad de mejorar los salarios, luchar por la igualdad entre hombres y mujeres, jóvenes y trabajadores mayores y nacionales e inmigrantes y caminar hacia otro modelo de crecimiento económico, basado en inversiones productivas y no en el ladrillo.
Fidalgo señaló que el actual modelo de crecimiento es "inmoral" porque se basa en dos grandes mentiras: la de vender un bien básico como la vivienda a precios inasequibles y la de la "usura", es decir, la de impulsar el crecimiento económico a través el endeudamiento de las economías familiares.
En este sentido, aseguró que el Gobierno y los sindicatos están decididos a cambiar el rumbo de este modelo que, en todo caso, debe apoyarse en la primera riqueza de un país, la del trabajo. "Cuando el trabajo es de quita y pon y se maltrata a los trabajadores se cae en la pobreza y se cae la economía. Si el trabajo no está arriba, esto se hundirá cada diez años y los trabajadores siempre serán las víctimas de este ciclo inmoral", avisó el dirigente de CC.OO., que más que de crisis económica habló de crisis de valores y de moral.
Ante la desaceleración que está viviendo la economía española, tanto Fidalgo como Méndez señalaron que pedirán al Gobierno que garantice la protección a los desempleados, que mejore los servicios públicos de empleo y la coordinación entre las comunidades autónomas a través de una nueva Ley General de Empleo, que "no perdone ni un euro" en impuestos a aquellas empresas que no realicen inversiones productivas, y que no recorte los derechos sociales. "Estoy seguro de que este Gobierno no lo va a hacer, pero no sé si estaría tan seguro si hubiera otra gente en La Moncloa", añadió el líder de CC.OO.
En relación con la inmigración, el dirigente de UGT consideró que "sobran los discursos duros" sobre este tema, en el que hay que actuar, dijo, "sin demagogia y con sensibilidad", adoptando políticas que tengan en cuenta que España seguirá necesitando trabajadores inmigrantes hasta 2020 ó 2030.
Durante su intervención, Méndez también quiso dar un "consejo laico a la jerarquía eclesiástica", a la que acusó de haber intervenido "de forma partidaria" en las elecciones generales en favor de una opción política, la del PP, que perdió los comicios. "Por un mínimo de coherencia, (la Iglesia) debería callar al menos 100 días para que no siga irrumpiendo en la vida democrática y social", agregó.
Los dirigentes sindicales también tuvieron palabras para ETA, que ha irrumpido en la Fiesta del Trabajo colocando artefactos explosivos en diversas instituciones laborales. Méndez dijo que, pese a haber asesinado en los últimos tiempos a dos guardias civiles, a dos trabajadores ecuatorianos y al ex concejal socialista Isaías Carrasco y haber intentando cercenar los valores de la clase trabajadora (pan, paz y libertad), la "bestia asesina de ETA está más acorralada que nunca".
Por su parte, Fidalgo advirtió de que los sindicatos de clase, de los que negó que estén en crisis, no permitirán que retrocedan los derechos sociales ni serán tolerantes con los totalitarios ni con los que piden cosas a fuerza de pistolas o con gritos. Fidalgo y Méndez cerraron sus respectivos discursos al grito de 'Viva el 1 de mayo, viva el día del trabajador', y la festividad culminó con el cántico generalizado de la Internacional.