MADRID 5 Mar. (EUROPA PRESS) -
El miembro del consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE), José Manuel González-Páramo, ha asegurado que "la demanda de crédito en España es débil" y que el sector privado está demasiado endeudado.
González-Páramo respondió de esta forma tras su discurso en las jornadas del Sector Financiero organizadas por Bankia y El País al ser preguntado respecto a cuándo podría recuperarse la concesión de crédito en España.
El miembro del órgano de gobierno del BCE estimó durante su discurso que el crédito a las pequeñas y medianas empresas (pymes) en Europa no debería desplomarse tras la última subasta de financiación realizada por el organismo entre entidades europeas.
En este sentido, incidió en que el BCE ofrece facilidades de financiación a las entidades para que las utilicen si así lo desean, pero evitó de plano valorar la apelación de la banca española. "Es una decisión de negocio que no vamos a valorar, el BCE ni invita ni habla de estigma", acotó en declaraciones a los medios.
El responsable del BCE indicó que la última inyección de liquidez al 1% de interés y un plazo de tres años contribuye a que las entidades avancen en la reestructuración de sus balances sin necesidad de restringir el crédito, y destacó que los bancos son el primer canal de financiación de familias y empresas.
Según valoró, las últimas dos subastas del BCE son una medida "muy eficaz" para contrarrestar el riesgo de liquidez y de financiación para entidades solventes y con activos de garantía suficiente, que traerá "noticias buenas".
Por otro lado, abogó por que las entidades logren desligar su capacidad de acceso a los mercados de financiación de la de los Estados en los que se inscriben, y recordó que en los últimos meses diversas entidades han logrado colocar deuda 'senior' en los mercados, operaciones que no se registraban desde el pasado mes de mayo.
Sobre la tensión en los mercados de deuda europeos, valoró las medidas adoptadas por los Estados, entre las que destacó los ajustes fiscales y las reformas estructurales en países como España e Italia, si bien consideró que la situación sigue siendo "difícil".
A su parecer, "no hay margen para la complacencia", por lo que los gobiernos no deben relajar sus esfuerzos y aprovechar el actual momento de relativa estabilidad para mejorar la gobernanza europea, y avanzar en las medidas laborales y presupuestarias con el fin de sentar las bases de la recuperación de la crisis.