Las 'grandes cifras' que rodean la huelga general: 5,8 millones de parados y una economía en recesión

La tasa de paro se ha incrementado en más de medio punto de la anterior huelga de marzo

MADRID, 14 Nov. (EUROPA PRESS) -

La huelga general convocada para hoy se moverá en unas coordenadas macroeconómicas bastante sombrías, con casi 5,8 millones de parados en toda España y una economía en recesión.

Una de cada cuatro personas en España en edad de trabajar está en paro y uno de cada dos jóvenes no encuentra trabajo, lo que sitúa la tasa de paro general en el 25,02% y la juvenil, en el 52,34%, según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA).

Los hogares con todos sus miembros desempleados superan los 1,7 millones, un 21,9% más que en el tercer trimestre de 2011, mientras que los hogares con todos sus miembros ocupados se han reducido en más de medio millón en el último año, hasta los 8,5 millones de hogares.

Desde la última huelga general, celebrada el pasado 29 de marzo, los datos han empeorado. La tasa de paro se ha incrementado en más de medio punto, desde el 24,4% de finales de marzo al 25% al cierre de septiembre.

Ello se ha debido a que casi 140.000 personas se han quedado sin trabajo entre el primer trimestre y el tercero, que es el tiempo aproximado en el que median las dos huelgas convocadas este año.

El volumen de ocupados también ha experimentado un 'bajón' en este periodo, con casi 113.000 empleos destruidos, lo que ha dejado el número total de trabajadores ocupados en 17.320.300 al finalizar septiembre.

Los datos de los registros de los servicios públicos de empleo apuntan a que el cuarto trimestre del año va por el mismo camino que el anterior, aunque la campaña de Navidad podría amortiguar las malas cifras.

Las últimas estadísticas del antiguo Inem revelan que el paro registrado aumentó en 128.242 personas en octubre, hasta superar los 4,8 millones de desempleados, en tanto que las afiliaciones a la Seguridad Social se redujeron en 73.077.

EL PIB ACELERA SU CAÍDA INTERANUAL.

La economía española entró en recesión entre finales de 2011 y principios de 2012 y sigue inmersa en ella. El PIB acumula ya cuatro trimestres en negativo, con caídas del 0,3% y del 0,4% en el primer y segundo trimestre de este año y, aunque la confirmación oficial se producirá mañana, el INE ya ha avanzado que el PIB se contrajo un 0,3% en el tercer trimestre.

Pese a que el ritmo de caída intertrimestral se ha desacelerado con respecto al trimestre anterior, el avance de datos del INE apunta a que, en tasa interanual, ha ocurrido todo lo contrario. De este modo, de los retrocesos del 0,6% y del 1,3% registrados en el primer y segundo trimestre del año se habría pasado a una contracción del 1,6% interanual en el tercero.

Mientras la economía cae, los precios suben. La tasa interanual del IPC se situó en octubre en el 3,5%, una décima más que en septiembre. Los precios se han visto alimentados en los últimos meses por la subida del IVA y el encarecimiento de las gasolinas, los medicamentos y las tasas universitarias.

Desde marzo, mes en el que se celebró la última huelga general, hasta octubre, último dato conocido, la tasa interanual del IPC ha engordado 1,6 puntos, desde el 1,9% al 3,5%.

Otros datos macroeconómicos también dan fe de la profundidad de la recesión económica en España. La producción industrial se hundió en septiembre un 11,7% en tasa interanual y las ventas del comercio minorista, un 12,6%, muy por encima de las caídas interanuales que registraron en agosto, del 2,5% y del 2%, respectivamente.

Entre tanta cifra negativa también se cuela algún dato positivo. La confianza de los consumidores ha subido en octubre, las hipotecas sobre viviendas empiezan a dar signos de vida, con dos meses consecutivos de ascensos, aunque todavía tímidos, y las exportaciones avanzan a buen ritmo.

Además, en el mes de agosto, último dato disponible, se registró un superávit por cuenta corriente de 1.244,2 millones de euros, en contraste con el déficit de 1.118,8 millones registrado en igual mes del año pasado.

El Banco de España ha atribuido este cambio de signo a la mejora del déficit comercial y de rentas y a la ampliación del superávit de la balanza de servicios, que compensaron el incremento del déficit de transferencias corrientes experimentado este mes.