Madrid, 20 Oct. (EDIZIONES) -
¿Las monedas de 1 y 2 céntimos podrían convertirse en piezas de numismática? Una pregunta que parece implanteable, dada la corta existencia del euro, pero que ha generado controversia a raíz de la decisión de Irlanda de pretender acabar gradualmente con el uso de las monedas de 1 y 2 céntimos en los pagos en efectivo.
Con esta medida, que entrará en vigor el próximo 28 de octubre, ya son seis los países que han decidido retirar 'la calderilla' de sus economías. Finlandia, Dinamarca y Hungría son algunos de ellos.
Desde la Comisión Europea han mostrado su pretensión de poner este asunto a debate en varias ocasiones. Sin embargo, el temor a una reacción negativa por parte de la ciudadanía ante posibles aumentos de precios ha disuadido a la institución de tomar una decisión al respecto.
Pese al miedo de un aumento de precios, este organismo asegura que la población califica estas monedas como "piezas sin valor" que apenas se utilizan.
PROBLEMA LATENTE
Desde la puesta en circulación del euro, las monedas de 1 y 2 céntimos han estado en el punto de mira. Su expulsión del sistema monetariose ha puesto varias veces sobre la mesa de negociación, pero nunca se ha llevado a cabo.
En concreto, la Comisión Europea barajó la posibilidad de eliminarlas en 2013 debido a que los costes de producción superan su valor a que los costes de producción superan su valor. El coste de acuñar una moneda de 1 céntimo es 1,65 céntimos, mientras que el de acuñar cada moneda de 2 céntimos es de 1,94 céntimos, asegura la Comisión Europea.
Otro caso reseñable es el de Austria, donde los comerciantes se sublevaron para suprimir las monedas de 1 y 2 céntimos al considerar que complicaban la operativa diaria e incrementaban los errores a la hora de devolver el cambio.
BÚSQUEDA DE ALTERNATIVAS
La Comisión Europea elaboró en 2013 un informe en el que planteaba cuatro posibles opciones para estas monedas que, desde su implantación hasta el momento de la publicación de dicho informe, habían provocado unas pérdidas acumuladas de 1.400 millones de euros a la zona euro.
En dicho estudio, una de las posibles alternativas que proponía era mantener la emisión de estas monedas pero con cambios en la composición de sus materiales.
Frente a esta medida, desde Bruselas también barajaban su posible eliminación inmediata del sistema monetario. Es decir, se dejarían de producir monedas y se retirarían de la forma más rápida posible las que hay en circulación.
Semejante a la anterior, una tercera opción pasaba por dejar de producir monedas de 1 y 2 céntimos, pero en lugar de retirar las que existen en el mercado, se abogaba por seguir permitiendo su uso hasta que desaparecieran de forma gradual. Su alta tasa de pérdida y el escaso atractivo que tiene como medio de pago convencional ayudarían a expulsarla del mercado.
El último de estos escenarios sería mantener el sistema monetario con las mismas condiciones, sin modificar ni el tamaño ni el peso, así como ningún cambio legal.
REDONDEO SUECO
Al igual que el resto de países que ha decidido eliminar 'la calderilla' de su sistema monetario, en Irlanda los comercios adscritos a esta iniciativa del Gobierno redondearán el cambio entregado al múltiplo de cinco céntimos.
Mediante la técnica conocida como "redondeo sueco" ajustarán al alza o a la baja el precio de compra. De este modo, el coste de una compra por importe de 10,21 euros o 10,22 euros será redondeado a 10,20 euros, mientras que el de las adquisiciones que ronden los 10,23 y 10,24 euros alcanzarían los 10,25 euros, igual que en caso de importes de 10,26 y 10,27 euros. Por su parte, el coste de una compra de 10,28 o 10,29 euros se redondearía a 10,30 euros.
Sin embargo, esto no significa que desaparezcan completamente. A pesar de la entrada en funcionamiento de esta iniciativa, el Banco Central de Irlanda ha subrayado que las monedas de 1 y 2 céntimos seguirán siendo de curso legal y los consumidores tendrán el derecho de exigir la devolución del cambio exacto si así lo desean.
RECUPERAR 7.000 TONELADAS DE COBRE
La retirada de las monedas de 1 y 2 céntimos de euro serviría para recuperar más de 7.000 toneladas de cobre, con el que se podrían equipar más de 260.000 viviendas con tuberías de cobre para agua potable y más de 230.000 hogares instalaciones eléctricas, ya que este metal mantiene todas sus propiedades tras ser reciclado, según el Centro Español de Información del Cobre (CEDIC).
Este estudio refleja también que con estos siete millones de kilos se podría obtener más de 575.000 equipos de energía solar para hogares y equipar a unas 60.000 viviendas con calefacción por pared radiante.
Desde enero de 2002, los países de la eurozona han acuñado más de 45.800 millones de monedas de 1 y 2 céntimos, el equivalente a 137 monedas per cápita.