LONDRES, 5 Ago. (EUROPA PRESS) -
La agencia de calificación crediticia Moody's Inverstors Service anunció hoy su decisión de rebajar los 'ratings' de las cajas de ahorro españolas Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), Caixa Catalunya, Caixa d'Estalvis de Tarragona, Caixa d'Estalvis de Terrassa y Caja de Ahorros de Valencia (Bancaja) por su "elevada exposición" a los sectores de la construcción e inmobiliario, así como por las actuales restricciones de liquidez.
Moody's indicó que los recortes de calificación adoptados hoy suponen la culminación del proceso de análisis abierto el pasado 24 de abril y confirman el acelerado crecimiento de los préstamos con problemas que se ha observado en los últimos seis meses.
En concreto, la agencia rebajó la calificación de Caixa d'Estalvis de Tarragona a Baa1/P-2/C-, con perspectiva negativa. En el caso de Caixa d'Estalvis de Terrassa, el recorte sitúa la calificación de la caja en A3/P-2/C-, con perspectiva estable, mientras que la agencia recortó el 'rating' de Caixa Catalunya a A2/P-1/C, con perspectiva negativa.
Asimismo, Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) vio rebajada su calificación a A2/P-1/C con perspectiva negativa, mientras que Bancaja sufrió un recorte del 'rating' hasta A2/P-1/C, con perspectiva estable.
En este sentido, la agencia explicó que la asignación a Caixa Catalunya, CAM y Caixa d'Estalvis de Tarragona de una perspectiva negativa refleja su "mayor vulnerabilidad" en caso de que el ritmo de deterioro observado en los seis primeros meses de 2008 continuara en la segunda mitad del año, lo que afectaría a negativamente a la posición financiera de estas entidades.
Por otro lado, Moody's apuntó que su análisis se llevó a cabo de manera consistente con el escenario macroeconómico central manejado por la agencia en el que se contempla una ordenada corrección del mercado inmobiliario, aunque algo más pronunciada de lo previsto inicialmente por el entorno crediticio global.
Asimismo, Moody's destacó que la reciente solicitud de concurso voluntario de acreedores por parte de Martinsa-Fadesa pone de manifiesto las dificultades que atraviesa el sector, así como la vulnerabilidad de los bancos españoles a la mala evolución de los promotores inmobiliarios y los riesgos vinculados a esta exposición.