LISBOA, 23 Dic. (EUROPA PRESS) -
Los empleados portugueses se verán forzados a partir del próximo año a trabajar 23 días adicionales sin que por ello vean mejorada su remuneración a raíz de las nuevas propuestas de ajuste del Gobierno luso, que contemplan la eliminación de algunas festividades, la ampliación en media hora diaria de la jornada laboral y el recorte de los días de vacaciones.
En concreto, el plan de ajustes para 2012 elaborado por el Ejecutivo de Pedro Passos Coelho contempla la eliminación de cuatro festivos del calendario laboral y el incremento de la jornada laboral en media hora diaria.
Asimismo, esta nueva batería de recortes supondrá la supresión de los tres días extras de vacaciones de los que podían disfrutar los trabajadores portugueses en función de su asistencia al trabajo a lo lago del año y que estaban en vigor desde 2003.
Estas medidas de ajuste por parte de los trabajadores se suman a los planes del Ejecutivo conservador de reducir a una horquilla de entre 8 a 12 días de sueldo el importe de la indemnización por despido, frente a los treinta actuales, mientras que el periodo en que los desempleados podrán beneficiarse del subsidio por desempleo se recortará a 18 meses en vez de los tres años en vigor hasta ahora.
No obstante, estas modificaciones en el Estatuto de los Trabajadores portugueses no afectarían a los derechos adquiridos por los empleados en activo en la fecha de entrada en vigor de las mismas, según indica el rotativo luso 'Diario Económico'.
Los sindicatos portugueses han expresado su rotundo rechazo a las "monstruosas" propuestas del Gobierno, que no han dudado en calificar como "terrorismo social" más propias de la actuación de un país "ocupado".
"Tenemos un Gobierno que se comporta como el de un país sometido a una ocupación que, aludiendo a los intereses del Estado traiciona cada día a los trabajadores y al pueblo portugués", declaraba al diario 'Jornal de Negocios' el líder del sindicato CGTP, Carvalho da Silva, quien señaló que estas medidas "forman parte del terrorismo social en curso".
En el marco de dichas medidas de ajuste, el Gobierno luso ya anunció su intención de incrementar en 2012 el 'copago' de servicios sanitarios, por lo que los ciudadanos que acudan a una consulta de medicina general en un centro de salud deberán abonar 5 euros, el doble de la tasa actual, mientras que en el caso de urgencias y en función de los servicios, el importe subirá de 8,6 euros a 15 ó 20.