LONDRES, 3 May. (EUROPA PRESS) -
El acuerdo alcanzado este domingo entre los ministros de Economía de la eurozona y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para activar el plan de rescate de Grecia tiene su reflejo en los mercados de deuda, donde los seguros de protección frente a impago (CDS por sus siglas en inglés) para España, Grecia, Portugal, Irlanda e Italia registran los descensos más acusados.
De hecho, el coste anual de asegurar una emisión de deuda de España a cinco años se situó en 156.850 euros por cada diez millones, frente a los 167.650 del anterior cierre, registrando la tercera mayor caída entre los países.
Por su parte, los CDS de Grecia bajaban a 634,02 puntos y registraban el mayor abaratamiento a nivel soberano, seguidos de los seguros para Irlanda, que caían hasta 174,57 puntos, mientras que en el caso de Italia bajaban a 134.92 enteros y los de Portugal registraban el quinto mayor descenso, hasta los 276,29 puntos básicos.
Por otro lado, el diferencial del bono español a diez años respecto a su homólogo alemán ('bund') experimentaba también un marcado descenso al situarse en 101 puntos básicos, aunque en algunos momentos de la sesión la prima de riesgo ofrecida a los inversores por la deuda española llegó a caer por debajo de la cota de los 100 puntos.
Los ministros de Economía de la eurozona acordaron ayer activar el plan de rescate para evitar la quiebra de Grecia, al que dotaron con hasta 110.000 millones de euros para un periodo de tres años, entre 2010 y 2012. De esta cantidad, 80.000 millones serán préstamos bilaterales de los países que comparten la moneda única a un tipo de interés del 5% y el resto lo aportará el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Para este año, la asistencia de la eurozona será de 30.000 millones de euros, tal y como ya se anunció el pasado 11 de abril. El plan de rescate incluye además una reserva de 10.000 millones de euros para estabilizar el sector bancario griego y evitar bancarrotas. Además, los Estados miembros pedirán a sus respectivos sectores bancarios contribuciones voluntarias tal y como había sugerido el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schauble.
A cambio de estas ayudas, el Gobierno de Atenas se comprometió a un draconiano plan de ajuste fiscal y reformas estructurales que tiene como objetivo reducir el déficit público del 13,6% del PIB registrado en 2009 al 3% en 2014. El plan incluye subidas del IVA y de los impuestos especiales, supresión de las pagas extra y congelación salarial para los funcionarios, reducción de las pensiones y retraso en la edad de jubilación.