DAVOS (SUIZA), 26 (EUROPA PRESS)
Los problemas fundamentales de la zona euro "siguen sin resolverse" a pesar de que existe una respuesta política "más agresiva" que hace un año y un ánimo ligeramente mejor en los mercados, según el economista estadounidense Nouriel Roubini, quien advierte de que "España es demasiado grande para caer, pero también para ser rescatada".
"Es necesaria más liquidez y recursos oficiales para evitar el riesgo de contagio de Grecia e Irlanda a Portugal y, especialmente, a España, porque España es demasiado grande para caer, pero también demasiado grande para ser rescatada", afirmó el mediático 'profeta' de la Gran Recesión en una de las conferencias inaugurales del Foro Económico Mundial, celebrado en la localidad suiza de Davos.
Asimismo, el economista apunta la necesidad de dotar a Europa de un mecanismo para la reestructuración "ordenada y temprana" de la deuda pública de países insolventes, especialmente cuando se "socializan las pérdidas" del sector financiero, como en Irlanda al incorporarlas al balance del Gobierno.
Por otro lado, Roubini advierte del impacto del bajo crecimiento, tanto a nivel social como macroeconómico, y echa en falta la existencia de una estrategia para recuperar la senda del crecimiento en la periferia del euro, donde la mayor parte de los países todavía registra una contracción de sus economías o un crecimiento muy débil.
"El ánimo en los mercados es ligeramente mejor, pero los problemas fundamentales de la zona euro continúan sin resolverse", subrayó el economista.
LA ZONA EURO ES UNO DE LOS MAYORES PROBLEMAS PARA LA ECONOMÍA GLOBAL.
De este modo, Roubini no dudó en afirmar que la zona euro representa en estos momentos uno de los "mayores riesgos" para la economía global, no sólo por la incertidumbre vinculada a la crisis de deuda soberana, sino también por las débiles perspectivas de crecimiento, unidas a una baja competitividad.
"Ciertamente, lo que ocurre en la eurozona es uno de los mayores riesgos para la economía global", afirmó Roubini, quien destacó que la economía global se ve amenazada por el crecimiento "anémico" de las economías desarrolladas, como EEUU, Europa o Japón, ya que el "doloroso" proceso de desapalancamiento continuará aún unos años.
Asimismo, el economista advirtió del alza del riesgo soberano por el incremento del déficit y la deuda, que en el caso de la zona euro se combina con otros problemas, ya que "no sólo hay una elevada deuda pública, sino también una deuda privada alta", unida a baja competitividad y bajo crecimiento.
Por otro lado, el 'profeta' de la Gran Recesión apuntó entre los riesgos para la economía mundial la subida del precio de los alimentos y el petróleo, que provoca un aumento de la inflación, especialmente en economias emergentes, a la vez que reduce la renta disponible, principalmente en los países importadores de energía, y contribuye a la inestabildad sociopolítica.
No obstante, el economista se mostró menos pesimista que en otras ocasiones al reconocer que la situación puede verse como "un vaso medio vacío o medio lleno", ya que en el lado positivo se observa una recuperación en curso en todo el mundo, con mayor pujanza en los países emergentes, mientras que los riesgos de una doble recesión y de deflación en las economías avanzadas son menores, a pesar del reciente mal dato del PIB de Reino Unido en el cuarto trimestre.