Ruiz-Mateos no comparece ante el juez tras la rotura de un dedo del pie

Actualizado: viernes, 27 julio 2012 12:30

PALMA DE MALLORCA, 27 Jul. (EUROPA PRESS) -

El empresario jerezano José María Ruiz-Mateos no ha comparecido a las 10.00 horas en calidad de imputado ante la jueza de refuerzo del Juzgado de Instrucción número 3 de Palma, por un presunto delito de estafa, después de que se haya roto el dedo de un pie.

Ruiz-Mateos estaba citado a declarar en relación a una querella por presunta estafa que se tramita en dicho Juzgado y que fue presentada por el empresario Francisco Miralles, al que en 2006 compró un hotel en Mallorca.

El abogado del fundador de Nueva Rumasa Marcos García Ortega ha entregado a la magistrada un parte médico original sobre la rotura del dedo, con el fin de justificar la ausencia del empresario.

En estos momentos, la jueza se encuentra estudiando el parte médico para decidir si aplaza a otro día el interrogatorio a Ruiz-Mateos o si decreta alguna medida cautelar contra él al considerar injustificada su ausencia en el Juzgado.

El empresario envió este jueves por la noche un fax al Juzgado con un parte médico asegurando que no podía trasladarse a Palma y, en esta línea, su letrado ha explicado a los medios que su cliente estará convaleciente durante un mes, por lo que ha considerado "lógico" que la jueza aplace el interrogatorio.

Se da la circunstancia de que hace unos días la representación procesal del imputado solicitó no personarse ante el Juzgado por motivos de salud, si bien este jueves presentó un escrito comunicando que este viernes acudiría a la cita judicial en Palma.

Concretamente, la sociedad Inversiones Grupo Miralles, que el pasado año se querelló Ruiz Mateos y sus hijos por una presunta estafa de 13,9 millones en la compraventa del hotel Eurocalas, amplió su denuncia al atisbar indicios de que la sociedad que avaló la operación incurrió en un delito de alzamiento de bienes para evitar posibles embargos.

Ello, según alegaba el querellante, por vender el hotel Cervantes de Torremolinos, perteneciente a los Ruiz-Mateos, a la mercantil Clesa --también propiedad de los denunciados--, "obstaculizando" así su posible embargo.