MADRID 17 Abr. (EUROPA PRESS) -
Renfe prevé reducir en un 12% su deuda durante el ejercicio 2012, hasta situarla al cierre de año en unos 4.600 millones, lo que supondrá un recorte de 625 millones de euros respecto a los 5.225 millones a los que ascendía a la conclusión de 2011.
La operadora destinará a este fin los 848 millones de euros que recibirá del Estado este año y abordará además un saneamiento de su tesorería, según explicó el presidente de la compañía, Julio Gómez-Pomar, en la Comisión de Fomento del Congreso.
Con esta aportación pública, el Estado liquidará los 367 millones que debía a Renfe desde 2010 por la conclusión del contrato-programa que hasta entonces mantenían, y los 480 millones que le adeudaba por los transportes con carácter de servicio público que la empresa realizó en 2011.
El presidente de Renfe se comprometió así a "amortizar anticipadamente" durante este año toda la deuda que sea posible, dado que supone una "losa" para la compañía, pese a que "no está mal situada en cuanto a tipos de interés". "Sólo en 2012 supondrá un gasto financiero neto de 175 millones de euros", concretó.
Pese a todo ello, la operadora confía en invertir 447 millones de euros en 2012 y además cerrar el ejercicio con un beneficio neto (contando con la aportación Estatal) de 67 millones de euros.
MAS INGRESOS, MENOS GASTOS.
El resultado será posible gracias al incremento del 8,1% previsto en los ingresos por transporte, que rozarán los 2.200 millones en 2012, y a la reducción del 9,7% estimada en las partidas de gasto "sobre las que Renfe tiene más capacidad de gestión".
Del lado de los ingresos, Renfe calcula que este año crecerán los de todos los servicios. El AVE aumentará un 7,6%, Cercanías y Media Distancia un 9,3% e incluso también crecerán los de mercancías, un 6,9%, gracias al aumento del alquiler de trenes y locomotoras a operadores ferroviarios privados.
En cuanto a los ahorros, derivarán de un plan por el que la operadora racionalizará y centralizará compras, y renegociará contratos con los proveedores.
El presidente de Renfe reconoce que hay gastos con limitado margen de ajuste, como los de limpieza de trenes y estaciones, que suponen 364 millones, y el pago de canones a Adif por uso de estaciones y líneas de tren (360 millones) y suministro de electricidad a los trenes (280 millones).
En cuanto al presupuesto de inversión para 2012, la mayor partida (101 millones) se destinará a pagar la cuota correspondiente de los trenes comprados en años anteriores, "monto que refleja el exceso de material móvil que arrastra la compañía por las decisiones de compra tomadas en años anteriores", a las que Gómez-Pomar achaca además gran parte del endeudamiento de Renfe.