Actualizado 14/02/2008 13:14

Juan Carlos Mampaso, director general de SIGRE: "proteger el medio ambiente también es labor del sector farmacéutico"

El director general de SIGRE, el Sistema Integrado de Gestión y Recogida de Envases puesto en marcha por el sector farmacéutico en 2001, Juan Carlos Mampaso, cree que el hecho de que las empresas fabricantes de medicamentos y los laboratorios se hagan cargo de sus residuos es, no sólo un ejercicio "altruita y voluntario", sino además, de responsabilidad sanitaria. Mampaso ha sido en los Ministerios de Industria y Ciencia y Tecnología responsable de Programas Tecnológicos y de Promoción de la Innovación, con especial atención al sector farmacéutico y al medio ambiente.

Para este ingeniero de Minas por la Universidad Politécnica de Madrid, que está al frente de SIGRE desde su nacimiento en 2001, la existencia de este sistema tambien significa que los ciudadanos pueden hacer regularmente --a través de los contenedores presentes en prácticamente todas las farmacias españolas-- 'limpieza' en sus botiquines, evitando así el peligro de guardar restos de medicinas caducadas o en mal estado o la tentanción de 'automedicarse', un risgo del que alerta en esta entrevista, a la vez que desgrana lo conseguido hasta ahora por SIGRE y todo lo que aún queda por hacer.

- ¿Cómo nació, con qué finalidad y qué es lo que motivó a la industria farmacéutica a apostar por esta iniciativa?

Actualmente, SIGRE cuenta con más de 260 laboratorios adheridos y cerca de 20.400 farmacias de toda España tienen en su interior un contenedor para el reciclado de medicamente caducados y envases vacíos. El impulsor de la idea fue FARMAINDUSTRIA como patronal del sector y los Colegios Generales de Farmacéuticos; por tanto, es un sistema específico del sector, propio y único que responde a la primera de nuestras obligaciones como sector: la sanitaria, y después la medioambiental y de concienciación, porque además ayuda a los ciudadanos a no automedicarse con medicamentos que tenga en casa hace tiempo y a revisar su botiquín cada cierto tiempo.

Hoy, el 98-99% de los laboratorios forman parte de SIGRE. Desde 2001 la conciencia ha cambiado mucho: al principio los farmacéuticos eran un poco reticentes a tener en sus establecimientos un contenedor de residuos, pero actualmente, cuando se abre alguna farmacia nueva, enseguida nos llaman para que les instalemos uno, mucho antes de que nosotros les llamemos para ofrecerles esa posibilidad. Incluso nos piden los contenedores para decorados de series de televisión y películas como parte del mobiliario usual de una farmacia. Los últimos sondeos nos dicen además que los clientes se han habituado a verlos en sus farmacias y el nivel de respuesta y de recogida es muy bueno.

- ¿Cómo se desarrolla el proceso de recogida, selección y reciclado o destrucción de estos restos de envases y medicamentos?

El primer paso es comunicar al ciudadano que existe SIGRE, para lo que se inician primero campañas de sensibilización y concienciación en prensa, con folletos informativos y consejos sanitarios, etc. Una vez hecho esto se instala el contenedor de restos en el interior de las farmacias, un hecho que da mucha confianza al cliente, que ve que éste está dentro del establecimiento y que además está precintado. Los distribuidores que cada día visitan las farmacias con la mercancía se encargan de su recogida una vez llenos y los conservan hasta la siguiente etapa en sus propios almacenes, unos 140.

Después, un gestor de residuos con el que contamos en toda España se hace cargo de ellos y acude a recoger los restos desechados a esos almacenes. De allí los dirige a la planta de SIGRE en A Coruña, más concretamente en el municipio de Cerceda, donde se selecciona y clasifica todo lo que llega y que está instalada junto a una central térmica de energía eléctrica donde se valorizan estos residuos con su quema para servir de combustible. Una vez, eso sí, que se han reciclado al máximo el resto de materiales (papel y cartón de los envases, plástico, vidrio, etc). Esto se realiza con el apoyo de la Sociedad Gallega de Medio Ambiente (SOGAMA) y nos convierte en pioneros en este tipo de actividad, porque ésta es una planta única en Europa.

- En 2006 se recogieron más de 2.250 toneladas de residuos con este sistema. ¿Tienen datos ya de lo que han conseguido en 2007 y estimaciones para este nuevo año?

Tenemos datos de recogida hasta octubre del pasado año, cuando ya habíamos alcanzado las 2.500 toneladas de restos de medicamentos y envases recogidos, con lo que calculamos que las cifras estarán entre un 12% y un 13% más que en 2006. En esta línea, creemos que 2008 terminará con cifras aún mejores, porque toda la industria --distribuidores, laboratorios, farmacias, etc-- está trabajando conjuntamente y se han adaptado fácilmente al proceso. Además, la RSC ha comenzado a tomar fuerza y eso se ha traducido en hacer públicas muchas de las cosas que antes ya se hacían pero que no se comunicaban.

- Pese a ello, ¿no parece que la industria tiene que seguir enfrentándose a veces a una mala imagen que le persigue hace tiempo y que tiene que ver con aspectos como el acceso a medicamentos o la protección de las patentes?

Es cierto que esa imagen negativa existe, pero yo creo que muchas veces no es justa. El sector sigue empeñado en potenciar una de las 'patas' de la RSC que más le afecta, el medio ambiente, pero entiendo que éste es sólo un grano de arena frente a todo lo que queda por hacer. La imagen negativa que se asocia al sector es muy difícil de contrarrestar, pero hay muchas propuestas abiertas para cambiar eso, sin dejar de reconocer que aún queda por hacer una labor fuerte y dura en ese sentido.

- ¿Qué otras iniciativas realiza o piensa realizar el sector relacionadas con su responsabilidad social corporativa?

Ahora estamos inmersos en trabajar para minimizar al máximo los envases y economizar materiales, para reducir así de forma directa las cantidades a reciclar o valorizar. En estos planes relacionados con los envases se incluye también la reducción de sus tamaños, pero también que cumplan con los estándares y directivas europeas, porque la legislación fija nuevos objetivos de forma constante y eso obliga a ir mejorando cada año todos los sistemas. Hemos hecho un esfuerzo claro y eso se ve en los resultados: entre 2002 y 2006 se ha conseguido una reducción de los tamaños de los envases de un 10%.

Este esfuerzo deberá continuar llegando desde todos los ámbitos del sector --proveedores, distribuidores, fabricantes, etc--, porque sin ellos no se puede hacer mucho. La clave es unir fuerzas hacia un interés común que nos lleve a alcanzar los objetivos marcados.