MADRID 11 May. (EUROPA PRESS) -
Científicos marinos han detectado que los tiburones peregrinos, los segundos peces más grandes del mundo, se desplazan durante los meses de invierno, en los que desaparecen coincidiendo con su ciclo de hibernación.
El misterio de en dónde se escondían los tiburones peregrinos durante ocho meses ha intrigado a la comunidad científica en los últimos cincuenta años. Hasta ahora se asumía que estos escualos, que nunca habían sido avistados fuera de aguas templadas, hibernaban en los lechos marinos durante el invierno. No obstante, un nuevo proyecto de rastreo ha permitido seguir a los tiburones hasta el Caribe, con lo que se presume que los animales podrían hacer migraciones globales durante el tiempo en que permanecen 'ausentes'.
Ya el año pasado, la profesora de la Organización Internacional de Conservación Marina, Mauvis Gore, colocó un dispositivo de rastreo en un ejemplar hembra en las inmediaciones de la la Isla de Man (Reino Unido). Para su sorpresa el escualo se sumergió a una profundidad de 1.264 para, al cabo de un tiempo, aparecer en la región canadiense de Newfoundland. Fue la primera vez que alguien había establecido un vínculo entre las comunidades de tiburón peregrino al este y al oeste del Atlántico, según informa el diario británico 'The Times'.
Ahora, el equipo del investigador marino Greg Skomal ha descubierto otras pautas de comportamiento en estos tiburones, ya que al seguir de cerca a 25 ejemplares del Atlántico oeste vieron cómo seis de ellos bajaron hasta las aguas caribeñas, e, incluso, dos cruzaron el Ecuador, de formar que alcanzaron la costa norte de Suramérica.
Así, estas migraciones caribeñas inspiran nuevas preguntas a los científicos. Los tiburones pasan la mayor parte del tiempo a profundidades de entre 200 y 1.000 metros y un ejemplar no sube hacia niveles más superficiales hasta pasados cinco meses. "Permanecen abajo, pero no sabemos que actividades realizan allí", comenta Skomal.
Los marcadores utilizados en el estudio para la recogida de datos sobre la temperatura del agua, la profundidad o los niveles de luz, sirvieron también para calcular una localización aproximada. Después de un período de tiempo, los marcadores suben a la superficie y envían información al satélite, aunque el dispositivo sólo puede almacenar una cantidad limitada de datos. "Parece probable que nuestras poblaciones están vinculadas, pero no tenemos un marcador lo suficientemente grande para corroborar esta hipótesis", indica la profesora Gore.
NÚMERO DE EJEMPLARES EN EL MUNDO.
Unido al interés que suscitan estos escualos, el próximo mes de agosto especialistas de todo el mundo se reunirán en agosto en la Isla de Man para iniciar un proyecto de identificación fotográfica y genética del número de ejemplares y especies concretas de tiburón peregrino existentes en la actualidad.
Hasta la publicación ayer de un informe en el diario 'Current Biology', los investigadores creían que había cuatro especies de tiburón peregrino, pero las ideas recogidas en el estudio sugieren que la población mundial de alrededor de 10.000 ejemplares puede pertenecer a un solo tipo, con lo que se dispararían las alarmas sobre su conservación.
Aunque los tiburones peregrinos están protegidos por la legislación europea, el aceite derivado del hígado de este animal todavía se utiliza en cosméticos, lubricantes y en la medicina tradicional china, mientras que las aletas se destinan a uso culinario.