MADRID, 6 Feb. (EUROPA PRESS) -
Los niños de la comunidad gitana, migrantes y del colectivo LGTBI son los que sufren con más frecuencia acoso en Internet o ciberacoso, según el informe de UNICEF Comité Español 'Los niños y las niñas de la brecha digital en España', presentado este martes 6 de febrero en el Matadero de Madrid, en el que también se advierte de la barrera de la pobreza para el acceso a Internet.
La directora de sensibilización y políticas de Infancia de UNICEF Comité Español, Maite Pacheco, ha advertido de que "los chicos que están en esa brecha online son los mismos que sufren disciminación offline por orientación sexual, origen o discapacidad". "No podemos permitir que esto se replique en Internet", ha subrayado.
Según señala el estudio, citando datos de una investigación de 2015, al menos 1 de cada 5 niños y 1 de cada 7 niñas están implicados en episodios de ciberbullying. Además, recoge datos de Save The Children de los que se desprende que el 6,9 por ciento de los estudiantes españoles de 12 a 16 años dice haber sufrido ciberacoso. Asimismo, según datos del Ministerio del Interior, Internet se ha convertido en la principal herramienta para la difusión del discurso del odio, cometiéndose un 42 por ciento de estos delitos a través de esta vía.
Además del acoso por Internet, UNICEF distingue entre otros tipos de riesgo online: los mensajes de tipo sexual, los encuentros con desconocidos a los que han conocido por la Red, el consumo de contenidos inapropiados, el uso excesivo de Internet, el uso indebido de datos personales y la ludopatía.
En este sentido, sobre los mensajes de tipo sexual, el documento recoge los datos de un informe de 2016 basado en encuestas a 4.000 adolescentes, que pone de manifiesto que el 42,6 por ciento de las chicas afirma haber sido víctima de algún tipo de acoso sexual online, frente a un 35,9 por ciento de los chicos. Asimismo, revela que un 24,2 por ciento de niñas dice haber sido contactada por un adulto que buscaba algún contacto de tipo sexual, frente a un 9,2 por ciento de los chicos.
300.000 NIÑOS NO USAN EL ORDENADOR
Además, el informe pone de manifiesto que una de las principales barreras para el acceso a Internet es la pobreza. Así, mientras en los hogares donde entran más de 2.500 euros al mes, el 98,3 por ciento de los niños y niñas son usuarios de Internet, en los hogares con menos de 900 euros, ese porcentaje cae diez puntos hasta el 88,3 por ciento.
Según recoge el estudio citando datos del INE, el 95 por ciento de los niños entre 10 y 15 años usa Internet pero casi 300.000 niños y adolescentes no usaron un ordenador en los últimos tres meses y 140.000 ni siquiera tuvieron un contacto con Internet en el mismo periodo.
En concreto, señala que los niños y niñas gitanos son los que más dificultades tienen a la hora de acceder y usar las nuevas tecnologías y, aunque es frecuente que tengan móvil, la mayoría no dispone de tarifa de datos por lo que acuden a casa de familiares o amigos para usar su wifi. Según un estudio de la Fundación Secretariado Gitano, el 22 por ciento de los jóvenes gitanos no tiene Internet en casa por motivos económicos.
También es frecuente entre los menores migrantes que dispongan de smartphone, aunque no tanto que tengan ordenador en casa, algo que les afecta para desarrollar sus habilidades digitales como buscar información en Internet con criterio, según precisa UNICEF. En ambos casos, tanto para los jóvenes migrantes como para los de la comunidad gitana, se observa un uso excesivo del terminal móvil.
Atendiendo a la edad a la que los niños comienzan a utilizar Internet y smartphones, el informe señala que el acceso se produce de manera cada vez más temprana. Los adolescentes de 15 y 16 años aseguran haber empezado a usar Internet con 10 años y los de 9 y 10 afirman haberlo hecho a los 7. Además, el informe cita el proyecto europeo 'Net Children GO Mobile', el cual revela que España es el segundo país europeo, solo por detrás de Dinamarca, donde más niños tienen smartphone.
OPORTUNIDADES FRENTE A AMENAZAS Y COMENTARIOS RACISTAS
Además de los riesgos, los jóvenes señalan las oportunidades que les ha brindado Internet y las redes sociales. Gabriel, de 19 años, transexual y activista, reconoce que le ha cambiado la vida. "Internet me dio acceso a Youtube, allí encontré vídeos de chicos 'trans' contando su tránsito y después abrí mi propio canal donde contaba las trabas con las que me encontraba y los pasos que iba dando", explica.
En todo caso, también cuenta que se ha encontrado con el discurso del odio cuando hace un año en el marco de una campaña contra el odio, subió una foto suya con la palabra 'trans' escrita en la frente y recibió amenazas a través de la red social.
A Nora, una joven marroquí residente en Cádiz, Internet le permitió aprender el idioma, hacer amigos y mantenerse en contacto con su familia que sigue en Marruecos. En todo caso, reconoce que también se ha encontrado con comentarios racistas y machistas e incluso ha tenido que cerrar su cuenta en alguna red social porque, según denuncia, era un constante acoso.
También se ha encontrado con comentarios racistas en las redes sociales Ana, periodista de 27 años, gitana y activista, quien asegura que las redes sociales le han servido en su día a día y que Internet le ha dado oportunidades en su formación, pero al mismo tiempo advierte de que hay que hacer un uso seguro de las mismas. "A veces nos confiamos mucho en las redes sociales y compartimos mucha información, fotos o conversaciones comprometidas que pueden trascender. Siempre hay que tener cuidado", señala.
En este contexto, UNICEF recomienda: actualizar o desarrollar nuevas leyes para garantizar un acceso a Internet universal y seguro para la infancia, exigiendo a las administraciones públicas que intervengan en situaciones problemáticas y peligros; educar y sensibilizar sobre los riesgos en la red; promover la formación en competencias digitales a los niños, profesores y padres, y en la programación escolar con la educación reglada; y legislar para que las empresas tecnológicas tengan normas claras y penalicen a quienes hacen un uso inadecuado.