Actualizado 19/09/2008 09:54

El Gobierno de Haiti y la ONU están abrumados por la magnitud del desastre tras el paso de los últimos huracanes

PUERTO PRÍNCIPE 19 Sep. (Reuters/EP) -

El Gobierno de Haití y la misión de Naciones Unidas en la empobrecida nación del Caribe están abrumados por la escala del desastre que ha dejado el paso de las últimas tormentas tropicales y que han dejado un gran número de víctimas mortales y daños materiales, informó ayer el enviado especial de la ONU en Haití, Hedi Annabi.

Annabi hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que adopten medidas extraordinarias para ayudar al país que ha sufrido las consecuencias del paso de las tormentas tropicales 'Fay', 'Hanna' y de los huracanes 'Gustav' y 'Ike'. Todos ellos han provocado la muerte de 600 personas.

"Es una situación muy grave y la magnitud del problema va más allá de nuestra capacidad y nuestros medios para solucionarlos", dijo a Reuters Annabi durante su visita a Hinche, una ciudad en el centro de Haití.

Asimismo las autoridades haitianas y Naciones Unidas evaluaron los daños provocados en el sector agrícola en más de 180 millones de dólares (126 millones de euros), informó la agencia independiente Alterpresse.

El ministro de Agricultura haitiano, Selon Joanas Gué, apuntó que cerca de 63.000 hectáreas de tierras cultivables resultaron seriamente afectadas por las inundaciones que han azotado el país entero en las últimas semanas.

AYUDA INTERNACIONAL

Naciones Unidas pidió un donativo de 108 millones de dólares (75.7426 millones de euros) a comienzos de este mes para ayudar al empobrecido país. La mayoría de los nueve millones de haitianos que viven en el país lo hacen con menos de 2 dólares al día.

El desastre anuló los esfuerzos del presidente de Haití, René Preval, para fortalecer las instituciones democráticas en el país. Asimismo, una misión de la fuerza de paz de la ONU fue enviada a Haití en 2004 para garantizar la seguridad en el país tras la expulsión del entonces presidente Jean-Bertrand Aristide en una rebelión.

Annabi dijo que Gonaives, una ciudad en el norte del país de 300.000 personas, había quedado "completamente destrozada". "No hay casa que no haya sido destrozada previamente, dañada o inundada por barro que en algunas ocasiones ha llegado a alcanzar un nivel de metro o dos metros".

La ONU añadió que el Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha distribuido comida para más de 230.000 personas en Gonaives y que cerca de 800.000 personas necesitan ayuda urgente. "La población lo ha perdido todo en las inundaciones por lo que los trabajos de limpieza y reconstrucción serán arduos", añadió Annabi.

Gonaives también fue testigo de una inundación devastadora que dejó el paso de la tormenta tropical 'Jeanne' en 2004 y que provocó la muerte de cerca de 3.000 personas.