MADRID, 9 Oct. (EUROPA PRESS) -
Los colegios de Etiopía han comenzado ya el nuevo curso académico, pero este año con muchos menos alumnos que el anterior, ya que la inseguridad alimentaria en algunas regiones ha provocado que miles de niños se queden en casa.
"El año pasado en esta época ya teníamos inscritos a 2.300 estudiantes. Ahora se han registrado 1.800", explicó Solomon Desta, director de la escuela Primaria Bashiro, en el distrito de Bona (sur del país).
La escuela amplió su plazo de inscripción en 15 días más para intentar que se apuntaran más alumnos, pero la cifra todavía no ha aumentado. "La asistencia es la más baja de los últimos tres años", declaró Solomon a la agencia de noticias de la ONU, IRIN.
Los padres de los niños que no se han apuntado han explicado que no pueden enviar a sus hijos al colegio este curso porque tienen muy poco o nada que comer.
El pueblo de Shemna Hurufa, situado en la misma zona que el anterior, tiene la única escuela para niños de entre uno y cuatro años que este año tenía previsto que se apuntarían al menos 800 estudiantes, pero sólo 710 se habían registrado hasta el 26 de septiembre.
"Esperábamos que muchos niños" se apuntaran, señaló el director de este colegio, Lema Harriso, quien añadió que "hay unos 400 niños en edad escolar en el distrito, pero únicamente 260 de ellos se han registrado", mientras que el año pasado había inscritos 860 menores, aunque 200 se habían desapuntado a final de curso.
Según la Red de Sistemas de Alerta Alimentaria Temprana (FEWS, por sus siglas en inglés), los niveles extremos de inseguridad de alimentos han persistido en el sur y el sureste de Etiopía debido a las pocas lluvias registradas en las últimas estaciones, las enfermedades del ganado, los conflictos, la asistencia humanitaria inadecuada y el fuerte incremento del precio de los alimentos.
Las regiones del sur, además de Oromiya, Tigray, Amhara y Somalia son las más inseguras en este aspecto, donde se han registrado niveles críticos de acuciada malnutrición. Casi todas las zonas de la región de Somalia necesitan asistencia urgente dada la fuerte bajada de la seguridad de los alimentos en los últimos 18 meses.
NO PUEDEN ASUMIR LOS GASTOS ESCOLARES
Estas circunstancias ponen a los padres en una situación desesperada. "Para las familias pobres, los costes básicos de material escolar son ahora completamente desorbitados", explica la ONG Save the Children. "Todo el dinero debe ir a encontrar comida; en muchos casos los niños no comen lo suficiente como para hacer el camino a la escuela y tampoco pueden concentrarse una vez que están allí", añade.
Por su parte, datos recogidos por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) el pasado junio muestran un alto porcentaje de abandono escolar en Oromiya, Tigray, Somalia y las regiones del sur de Etiopía.
"La educación ha resultado afectada en las zonas de la sequía, resultando en una bajada de la asistencia al colegio, y los profesores están yéndose de las escuelas que se les había asignado", subraya UNICEF.
Un gran número de niños en Shemna Hurufa están también desnutridos y muchos reciben asistencia. Amanuel Eleso, de 25 años, llevó a su hermano Henok, de ocho, a un centro cuando se dio cuenta de que estaba enfermo. "Nuestra madre murió hace seis años. No hay nadie que pueda cuidar a Henok", indicó.
Amanuel y Henok viven con sus hermanos y los hijos del primero. Pero las difíciles perspectivas están cada vez más presentes. "Debido a las pocas lluvias, no producimos suficiente maíz. La próxima cosecha sólo durará tres o cuatro meses", explicó Amanuel.
Por todo el país, el Gobierno etíope estima que 6,4 millones de personas necesitarán ayuda alimentaria en los próximos meses, incluidas 1,9 millones en la región de Somalia.