Foto: FUNDACIÓN ONCE
El director de Relaciones Sociales e Internacionales y Planes Estratégicos de Fundación ONCE, Miguel Ángel Cabra de Luna, analiza en esta entrevista los beneficios del empleo entre colectivos vulnerables.
.- Recientemente se ha presentado en Bruselas el estudio 'El empleo de las personas vulnerables: una inversión social rentable'. ¿Qué se quiere poner en valor con este informe?
En primer lugar destacaría la contribución del Programa Operativo de Lucha contra la Discriminación a la cohesión social y a la consolidación del estado de bienestar. Es cierto que el Programa se ha desarrollado a caballo entre un periodo de crecimiento económico y otro de recesión, que ha venido acompañado de un fuerte incremento del desempleo. En este sentido, ha servido de muro de contención para evitar un deterioro social y laboral. Desde que en el año 2000 trabajamos de forma conjunta Fundación ONCE, Cáritas, Cruz Roja y Fundación Secretariado Gitano, el resultado ha tenido un gran impacto: unas 350.000 personas se han beneficiado de los proyectos de inclusión laboral, creándose 136.000 empleos y más de 7000 empresas.
La segunda conclusión clave es el efecto dinamizador de la economía española y de fuente de ingresos fiscales e impacto de retorno a las arcas públicas del dinero invertido en el programa. Se trata de un Programa muy rentable, pues por cada euro invertido se incrementa la producción en 1,4 euros y se han recuperado una media de 91 céntimos en forma de retornos fiscales, vía impuestos y cuotas a la Seguridad Social. A esto habría que añadir el ahorro que supone para el Estado dejar de pagar prestaciones sociales o pensiones y el efecto que ello supone. El estudio revela que, gracias a este Programa Operativo, el déficit público se habría reducido en 23 millones de euros, fruto de una subida media de 39 millones de euros en los ingresos públicos, y de 15 millones en los gastos públicos.
.- El documento constata que Fundación ONCE, Cáritas, Cruz Roja y Fundación Secretariado Gitano han creado cerca de 100.000 puestos de trabajo entre los años 2006 y 2011 para personas en riesgo de exclusión social. ¿Tiene la impresión de que están sustituyendo estas organizaciones a los servicios sociales de los Gobiernos?
Nada puede sustituir al Estado, a través de sus distintas Administraciones, estatal, regional o local, como motor e impulsor de la cohesión social y la igualdad de oportunidades de las personas vulnerables. Hablemos mejor de complementariedad desde el Tercer Sector no lucrativo hacia el Estado. Debemos reconocer las dificultades para atender por parte del Estado unas demandas ciudadanas de bienestar crecientes, de calidad y muy diversificadas. Muchas cosas se pueden hacer con más eficacia desde el tejido social sin que eso suponga dejarlas en sus manos exclusivamente, pues la regulación y control de los resultados seguirá siendo de los poderes públicos.
El Tercer Sector está mejor situado para hacer frente a las necesidades específicas de personas que son en cierto modo "abandonadas" por las leyes del mercado, ya que no obedece a estas reglas, sino que se guía exclusivamente por el interés general y nunca por el del beneficio privado. La rentabilidad económica en manos del Tercer Sector no lucrativo, no es su fin, aunque en un momento determinado pueda ser un medio de acción, ni busca el poder de gobernar, ya que el voto no es su meta. Su motivación, en definitiva, es el cambio social mediante el logro de fines de interés general.
.- En el caso de España, ¿qué pautas tendría que seguir el Ejecutivo para promover la empleabilidad de las personas vulnerables?
Simplemente que cumpla con lo que se ha comprometido en las Leyes y Estrategias de Empleo. Que no siga recortando las políticas sociales y de empleo hacia los colectivos más vulnerables en el mercado de trabajo. El futuro de progreso y paz social depende de la integración y no de la exclusión social y el empleo es el principal factor de inclusión social en nuestra sociedad y economía, por lo que si no invertimos en el trabajo de las personas estamos hipotecando gravemente el futuro.
Disponemos de una Ley de Empleo que prioriza hacia los colectivos con mayores dificultades. Tenemos una Estrategia Española de empleo desde el año 2011 y Planes Anuales de empleo, como el del 2013, que se publicó en el pasado mes de agosto. El marco normativo es adecuado, aunque mejorable, pero lo que echamos en falta es que sea sostenido financieramente por el Estado, lo que no debe excluir incrementos de recursos, así como un impulso decidido que permita movilizar a agentes sociales, sociedad civil y empresas.
Innovar y emprender es clave y eso es lo que intentamos promover las entidades que colaboramos en el Programa Operativo de Lucha contra la Discriminación, donde organizaciones como la nuestra, ONCE y su Fundación, desarrollan acciones como el "Programa Por Talento" o el "Plan Primer Empleo Discapacidad", para atraer más personas al empleo y centrarnos en el problema de la falta de empleo para los jóvenes, que afecta a casi el 60% de los mismos.
.- En calidad de miembro del Comité Económico y Social Europeo, ¿qué balance hace del Programa Operativo de Lucha contra la Discriminación?
De los resultados he hablado antes y el estudio que se acaba de presentar refleja bien la efectividad de este Programa. Como miembro del CES europeo, destacaría su capacidad de innovación. Buena parte del reto es obtener buenos resultados en términos de inserción laboral y el Programa Operativo de Lucha contra la Discriminación lo tiene. Hablamos de más de 100.000 empleos pero también de acciones transnacionales que permiten compartir experiencias y mejorar nuestro trabajo aprendiendo todos de todos.
Por otra parte, el trabajo desde abajo que realizan las entidades del Tercer Sector no lucrativo es mucho más eficaz, pues parte de conocer las necesidades de las personas con mayores vulnerabilidades y concentrarnos en metas concretas, mejorar la empleabilidad de la gente y conseguir vías de inserción laboral rápidas. El tiempo en que una persona está en paro juega en su contra, por lo que merece la pena centrarse en evitar las situaciones de desempleo de larga duración y en el paro juvenil, que han crecido de forma peligrosa en los países del sur de Europa.
.- ¿Podría adelantarnos cuáles serán los objetivos de este programa para el periodo 2014-2020? ¿Se alinearán con la estrategia Europa 2020 que, entre otros objetivos, apuesta por la integración social?
La estrategia Europa 2020 es el marco necesario de la nueva programación de los Fondos Estructurales. Como señaló, ya en el 2011, el Dictamen del CESE sobre el futuro del Fondo Social Europeo después de 2013, del que tuve el honor de ser Ponente, éste es el instrumento privilegiado para apoyar la aplicación de la Estrategia Europea de Empleo y es necesario que siga siendo una herramienta eficaz para invertir en recursos humanos, mantener una tasa elevada de empleo de calidad así como de inclusión social. Seguimos pensando que, dada la situación económica con elevadas tasas de paro, sobre todo en el sur de Europa, el FSE deberá contar con mayores recursos.
El FSE debería apoyar, como instrumento de la Unión de inversión en los recursos humanos, las tres prioridades de la Estrategia Europa 2020: el crecimiento inteligente, sostenible e integrador. El empleo, la formación y la educación, la inclusión activa y las políticas de igualdad de oportunidades son elementos clave para consolidar las capacidades de las personas mediante el desarrollo de sus conocimientos y cualificaciones, junto al fomento de una cultura de innovación, el aumento de las tasas de empleo y la impulsión de un mercado laboral integrador. Y, finalmente, el principio de cooperación entre Administraciones, agentes sociales y sociedad civil organizada debe seguir siendo reforzado y dando las pautas para mejorar la eficacia de la intervenciones.