Actualizado 02/07/2009 19:39

El 66 por ciento de los padres "no cree que sus hijos se hayan emborrachado nunca", según un estudio

MADRID 2 Jul. (EUROPA PRESS) -

El 66 por ciento de los padres no cree que sus hijos se hayan emborrachado nunca, aunque hayan probado el alcohol, según refleja el Informe 'Adolesweb' que estudia la relación entre los jóvenes y las bebidas espirituosas y del que se desprende que más del 80 por ciento de los adultos considera que la publicidad debería estar "más limitada y controlada", ya que influye en la concepción que los adolescentes se forjan del consumo de alcohol y sus consecuencias.

Así, el estudio apunta que, para los padres, la "edad media" a la que creen que sus hijos comienzan a beber y se emborrachan por primera vez es de 15,5 años. Sin embargo, subraya que este dato "está infraestimado", pues las primeras intoxicaciones alcohólicas "son más tempranas y habituales de lo que los padres piensan". Además, señala que el 12 por ciento de ellos no saben lo que pueden beber sus hijos, lo que, según el trabajo, "indica la existencia de un déficit en la comunicación familiar sobre este asunto".

Por otra parte, los adultos encuestados aseguran que el tipo de alcohol que más ingieren los jóvenes es la cerveza (37 por ciento), principalmente los que tienen entre 14 y 16 años. De estos datos, se desprende que a criterio de los padres "este es el tipo de alcohol que genera la conducta de beber", una percepción relacionada con el concepto de consumo "a escala" que, según se desprende del trabajo, "se basa en el aumento progresivo, tanto de la graduación de los alcoholes como de la cantidad ingerida".

Sin embargo, según informó recientemente la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en el 81 por ciento de los establecimientos se sirve cerveza a los menores; también en las tiendas de 24 horas (87 por ciento); en los supermercados (85 por ciento) y en los restaurantes de comida rápida (83 por ciento). Las "mayores dificultades" las encuentran los menores en los bares (68 por ciento). A la luz de estas cifras, los expertos subrayan que se trata de un problema que "debe abordarse desde la Administración".

DAÑOS EN EL SISTEMA NERVIOSO

No obstante, los autores del estudio recuerdan que las diversas investigaciones científicas han demostrado que el consumo de alcohol en la adolescencia, y especialmente el consumo "en atracones", "puede afectar el sistema nervioso central a distintos niveles". De este modo, aseguran que infiere en el desarrollo del cerebro, afecta a la memoria y el aprendizaje y limita el futuro y el potencial de los "más jóvenes".

"Aunque en el pasado los datos fueron confusos, los estudios más recientes, realizados fundamentalmente en adolescentes, aportan pruebas cada vez más concluyentes de la relación cierta existente entre publicidad del alcohol y aumento del consumo del mismo, al menos en dicho grupo de población", concluye el informe.