MADRID, 6 May. (EUROPA PRESS) -
La ONG Save the Children ha señalado en su informe sobre el Estado Mundial de las Madres que cada día más de 800 madres y 18.000 niños mueren por causas que se pueden evitar. Según la ONG, el 56 por ciento de estas muertes se producen en países en desarrollo y afectados por conflictos armados.
Las mujeres y los niños están en situación de desventaja respecto a los hombres, que tienen más posibilidades de sobrevivir en situaciones como conflictos o desastres naturales. Las mujeres se ven afectadas por la falta de asistencia durante el parto, el estado de las infraestructuras o el riesgo de la explotación y la violencia sexual. En concreto, las madres y sus hijos tienen catorce veces más posibilidades de morir que un hombre, según señala este informe de Save the Children.
El Responsable de Programas Internacionales y Ayuda Humanitaria la organización, David del Campo, ha recordado que "todos los niños y niñas tienen derecho a sobrevivir, independientemente de donde hayan nacido. Muchas de estas muertes son evitables con los planes y las inversiones adecuadas". Respecto a la inversión en sanidad, David del Campo ha insistido en la necesidad de "aumentar el acceso a la asistencia sanitaria en los lugares donde la capacidad del estado es débil y los conflictos y la inseguridad están generalizados".
El informe sobre el Estado Mundial de las Madres ha analizado la situación de 178 países según estos cinco factores: el riesgo de mortalidad materna, la tasa de mortalidad infantil de niños menores de cinco años, la participación de mujeres en el Parlamento, los años previstos de educación formal y el PIB per cápita.
En países como Chad, 1 de cada 5 mujeres muere a causa de un embarazo, mientras que en España esto solo le ocurre a una entre 12.000. La situación de los niños también varía entre los distintos países analizados. Por ejemplo, en Sierra Leona 1 de cada 5 niños no llega a cumplir los cinco años; algo que, por el contrario, es prácticamente inusual en España, donde solo 1 de entre 222 muere antes de esa edad, o en Islandia, donde la proporción es de 1 entre 435. La ONG ubica el 20 por ciento de las muertes infantiles en Nigeria y República Democrática del Congo (RDC).
Las pésimas infraestructuras sanitarias así como la carencia de personal o la falta de agua y electricidad hacen que en República Democrática del Congo sea más peligroso ser mujer o niño que combatiente; de hecho, más de la mitad de las muertes del país son de niños menores de cinco años. Según la ONG, gran parte de las defunciones infantiles y maternales se podrían evitar, ya que se producen por enfermedades tratables como la malaria, la diarrea, la neumonía u otras causas como las complicaciones en el parto o las desnutrición.
El informe también incluye las declaraciones de Donald, una enfermera de RDC que, además de los problemas logísticos, señala otras dificultades: "Dos hombres armados asaltaron la clínica y robaron todo lo que tenía. Me torturaron durante un rato con un cuchillo y luego se marcharon. Cuando volví junto a la madre su bebé se había ahogado y había muerto".
No obstante, el informe también recoge algunos datos positivos que apuntan avances, aunque lentos. En Pakistán y Burkina Faso, el número de partos atendidos por personal cualificado se ha incrementado un 20 por ciento entre el año 2000 y 2008. Por otro lado, Nepal ya ha alcanzado el Objetivo del Milenio que se proponía reducir la mortalidad materna en tres cuartos, y otros como Afganistán, Angola, Eritrea o Yemen están cerca de conseguirlo. Sin embargo, más del 80 por ciento de los países con mayor tasa de mortalidad no siguen este camino.
ESPAÑA, AFECTADA POR LA CRISIS
España ha aprobado cuatro de los cinco factores que la ONG ha tenido en cuenta para elaborar el informe. Nuestro país cuenta con un 37 por ciento de mujeres en el Paralamento, la expectativa de años de educación es de 17 y las tasas de mortalidad materno-infantil son de una mujer entre 12.000 y 4,5 niños de cada 1.000. Sin embargo, España suspende en el PIB per cápita, que se coloca a la cola de los países desarrollados.
La caída del PIB en los últimos años ha hecho que el 33,8% de los niños vivan en riesgo de exclusión social o de pobreza. La situación es más grave en el caso de las familias monoparentales en las que la cifra de niños en riesgo de pobreza o exclusión social asciende al 45,6%. Save the Children ha denunciado en su informe que la "escasa inversión en políticas sociales tiene un impacto directo sobre las familias, especialmente sobre aquellas que cuentan con menos recursos". El PIB destinado a políticas de protección social en España es del 26,1%, el segundo más bajo de la Unión Europea.
Save the Children ha recordado en este documento que "invertir en las madres significa garantizar la protección de los niños, una obligación legal de los Estados que será la base de una sociedad más próspera y cohesionada". A pesar del impacto de la crisis y de los recortes, la sanidad pública española sigue garantizando la asistencia a las madres durante el parto y el cuidado posterior de los niños.
La ONG de atención a la infancia ha pedido a todos los países que aseguren la atención médica de calidad tanto a las madres como a sus hijos. La violencia contra las mujeres también es otra de las principales causas de muerte por lo que la inversión en seguridad y protección también es necesaria. Save the Children también ha recordado la necesidad de diseñar estrategias a largo plazo que cuenten con el compromiso político.