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MADRID, 11 Abr. (EUROPA PRESS) -
Una veintena de personas con Parkinson se han convertido este martes 11 de abril de 2017, Día Mundial del Parkinson, en bailarines por un día del Ballet Nacional de España (BNE) para olvidar la enfermedad y ayudar a frenar sus efectos a través de la danza.
Esta acción se ha desarrollado gracias a la colaboración del Ballet Nacional con el proyecto 'Danza para el Parkinson' de Danza-T: Red de Trabajadores de la Danza, por el cual afectados por esta enfermedad reciben clases de danza una vez a la semana.
La bailarina del Ballet Nacional y profesora de personas con Parkinson, Inma Salomón, asegura en declaraciones a Europa Press que si bien la danza no cura la enfermedad sí ayuda a frenarla. "No tanto mejorar, pero sí palia los efectos y hace que no avance tan rápido", explica.
En concreto, señala que la danza ayuda a las personas con Parkinson a mejorar su movilidad y, sobre todo, a "olvidar durante una hora que tienen la enfermedad". El objetivo, según afirma, es que se sientan auténticos "bailarines".
Para Salomón, que ha impartido clases en diferentes asociaciones integrando el programa 'Danza para el Parkinson', la posibilidad de formarse para impartir este curso llegó por casualidad y asegura que es "muy gratificante" porque se junta aquello que mejor se le da hacer, bailar, con la ayuda a los demás.
RELAJARSE Y MEJORAR LA COORDINACIÓN
Uno de los afectados de Parkinson que han participado en la coreografía de este martes, José Francisco, señala a Europa Press que gracias a la danza y a este curso ha conseguido mejorar su coordinación y relajarse.
"Es un ejercicio que nos complementa. Me ayuda a relajarme, a sentir sincronismo, porque una de las cosas que nos falla son los movimientos y el hecho de tener que ponernos de acuerdo dos personas, nos ayuda bastante", precisa.
La 'clase magistral' ha comenzado con las indicaciones de Inma Salomón que ha explicado paso a paso cómo mover brazos, manos y pies, primero sin música y después al ritmo del piano. Todos los participantes formaban un círculo mientras repetían los movimientos de la profesora.
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Más tarde, a las órdenes de Antonio Naranjo, director del BNE, los bailarines junto a las personas afectadas por esta enfermedad han interpretado fragmentos de una coreografía del Ballet Nacional que pasará a formar parte del repertorio del proyecto 'Danza para el Parkinson'.
Naranjo ha destacado que la danza española está "llena de emociones", como las que han podido intercambiar con estas personas con Parkinson. Además, ha puesto de relieve lo importante que la danza es para "ejercitar el cerebro", algo fundamental para los afectados por esta enfermedad.
Por su parte, el coordinador de Danza-T, César Casares, ha enumerado algunos de los efectos positivos que la danza puede tener frente al Parkinson como la mejora del equilibrio o del movimiento. "Pensar como un bailarín en términos de desplazamiento, de espacio y equilibrio es interesante para personas con Parkinson", ha subrayado.