JOSÉ PALAZÓN (PRODEIN)
MADRID, 8 Mar. (EUROPA PRESS) -
Casi cien menores migrantes no acompañados de entre 10 y 17 años duermen en las calles de Melilla, a la espera de 'colarse' como polizones en barcos para cruzar a la Península. La mayoría acaba siendo víctima de abusos sexuales, de las drogas y el alcohol, según el informe 'Rechazo y abandono. Situación de los niños que duermen en las calles de Melilla'.
El documento, realizado por la Cátedra Santander de Derecho y Menores, la Oficina de Compromiso Solidario (Comillas Solidaria) y la Clínica Jurídica de la Universidad Pontificia Comillas ICAI-ICADE, se basa en la experiencia de un grupo de investigadores durante un mes en la ciudad autónoma y ha sido testigo del día a día de estos chicos. También se apoya en entrevistas con representantes de la Administración y de las ONG que trabajan en la zona.
El informe destaca que este fenómeno de los menores migrantes que duermen en las calles se remonta a 1995 y que no todos los menores son inscritos en el registro de Menores Extranjeros No Acompañados (MENA) tal y como establece el Protocolo de 2014.
También subraya que estos niños y adolescentes son trasladados al Centro Residencial Educativo Fuerte La Purísima, donde "existen unas condiciones de hacinamiento que provoca que los menores carezcan de las garantías que la ley prevé", según la coordinadora del estudio y especialista en Derechos Humanos, Violeta Assiego.
SIN ATENDER NI ESCOLARIZAR
"El desbordamiento de La Purísima impide y dificulta que se ofrezca una intervención individualizada y se ofrezcan actividades socioeducativas, se escolarice a todos los menores, se les facilite la tarjeta sanitaria y se gestiones su documentación", aseguran los autores del estudio.
Ante esta situación, se fugan del centro y duermen en las calles hasta que consiguen 'escapar' de Melilla, escondidos en barcos, hacia la Península. Al no estar registrados la mayoría, los autores alertan de que se desconoce el número y paradero de muchos de estos chicos.
El principal problema es que, durante la espera, no son atendidos por la Administración y quedan a su suerte, sobreviviendo en las escolleras y expuestos a los abusos sexuales, las drogas y el alcohol. "Llegan a los barcos a nado y en una sola noche pueden intentar tres o cuatro veces llegar a uno y esconderse", explican.
POTENCIALES SOLICITANTES DE ASILO
Para la investigadora de la Cátedra Inditex de Refugiados y Migrantes Forzosos de Comillas ICAI-ICADE, Nuria Ferré, que ha participado en las jornadas los menores no acompañados en Melilla, organizadas por la Universidad Pontificia de Comillas, "son niños potenciales solicitantes de asilo", una opinión que comparte el presidente de la ONG Prodein, Luis Palazón, que ha asegurado que el sistema de protección de menores en Melilla "es un caos total", caracterizado por el "maltrato institucional y violencia física".
El informe alerta de que no existe información objetiva ni datos accesibles que puedan ser consultados y permitan contrastar las informaciones respecto al número de menores que entran a la ciudad y salen de la misma como polizones para conocer el perfil de estos chicos y las dificultades en los procedimientos de documentación.
Según la entrevista que mantuvieron los investigadores con responsables de la Consejería de Bienestar Social de Melilla, estos les aseguraron que el año pasado entraron unos 1.800 menores a esta ciudad, aunque se trata de una cifra difícil de contrastar por falta de datos, ya que no todos los menores son reseñados.
Las estadísticas oficiales señalan que de los 3.341 menores extranjeros no acompañados registrados en 2015, 759 fueron inscritos en Melilla, mientras que en Ceuta lo fueron 158 y en toda Andalucía 973. Además, según la Fiscalía, Melilla también copa las estadísticas de pruebas de ADN, que permiten conocer si un menor es realmente hijo de la persona migrante a la que acompaña: de las 545 pruebas de ADN que se realizaron en España, 455 tuvieron lugar en Melilla.
"Es un instrumento costoso pero fundamental para erradicar las redes criminales de trata", según el fiscal adscrito al Fiscal de Sala Coordinador de Extranjería de la Fiscalía General del Estado, Luis Lafont, que ha denunciado en estas jornadas algunas de las prácticas que utilizan las redes de trata de personas, como los llamados 'menores ancla' o los 'niños programados' (resultado de violaciones de la red mafiosa que después retiene para explotar sexualmente a la madre).