EUROPA PRESS (JAVIER TORMO) - Archivo
MADRID, 26 Sep. (EUROPA PRESS) -
La exclusión social severa en España ha aumentado un 40 por ciento con respecto a hace 10 años, en 2007, antes de la crisis, y ya afecta a más de 4 millones de personas "enquistándose" en la sociedad, según el avance de datos de la encuesta que la Fundación FOESSA, vinculada a Cáritas, en la que miden los efectos de la crisis y si se están produciendo cambios con la recuperación.
Estos 4 millones de personas se encuentran dentro de los 8,6 millones de personas que sufren exclusión social en España, 1,2 millones más que hace diez años. Los datos se han presentado este miércoles 26 de septiembre en la sede de Cáritas, en Madrid.
Además, el informe pone de relieve que hay otros 6 millones de personas en España en situación de integración social muy débil, en riesgo de caer en la exclusión social si empeorase la situación económica.
Según señala el informe, los resultados --que se presentarán en su totalidad el próximo año 2019-- apuntan a "una sociedad cada vez más desligada" que "va dejando atrás a personas bajo la cultura del descarte".
"Diez años después, el 18 por ciento de la población está invisibilizada, escondida en medio de las cifras de la recuperación", ha alertado la secretaria general de Cáritas, Natalia Peiro, que ha apuntado que la sociedad hoy tiene "poca empatía y sentimiento de vecindad".
Tal y como ha señalado el obispo de Santiago de Compostela, Jesús Fernández, en la actualidad parece que está "más de moda mirar por la rendija del visillo o desde el balcón que bajar a la calle, estrechar la mano, conversar y cooperar".
En todo caso, aunque la exclusión social aún afecte a un 18 por ciento de la población en España, por encima de los niveles anteriores a la crisis (16 por ciento), en los últimos cinco años sí se ha reducido, pasando de un 25 por ciento en 2013 a un 18 por ciento en 2018, cifras que revelan una "tendencia esperanzadora".
Además, casi la mitad de la población (48,4 por ciento) está integrada plenamente en 2018, una cifra muy similar a la de 2007 cuando eran un 49 por ciento. Si se compara con 2013, la inclusión social plena ha crecido del 34,1 por ciento al 48,4 por ciento.
Atendiendo a los indicadores de la exclusión, el coordinador de estudios de Cáritas, Raúl Flores, ha explicado que una de cada cinco personas en exclusión social están afectadas por situaciones simultáneas en el empleo, la vivienda y la salud. En concreto, ha apuntado que el empleo "ya no es sinónimo de inclusión".
MONOPARENTALES, NUMEROSAS Y MIGRANTES
Los más afectados por el riego de exclusión social son las familias numerosas (entre las que se ha multiplicado por dos la exclusión) y las monoparentales (se ha multiplicado por 1,6) , según muestra el informe. Además, casi la mitad de los migrantes están en riesgo de exclusión y, en concreto, una cuarta parte en riesgo de exclusión severa.
En definitiva, Flores ha constatado que se está produciendo "una recuperación a dos velocidades" con un "mayor distanciamiento entre la población integrada y los que transitan en los espacios más alejados en la exclusión".
Ante estos datos, Cáritas ha pedido políticas sociales que protejan a estas personas para las que no ha llegado la recuperación, y ha marcado seis retos entre los que destacan: la igualdad entre hombres y mujeres , la integración de los más jóvenes y la inserción laboral de los mayores de 45 años.
Para el presidente de Cáritas Española, Manuel Bretón, hay que sumar compromisos y escuchar el "clamor de los pobres" que "urge a tomar conciencia" para construir "un mundo cada vez más justo".
3 MILLONES DE PERSONAS ATENDIDAS EN 2017
Durante el acto, también se han presentado los datos de la Memoria de Cáritas 2017 que se titula 'Compartiendo compromiso'. En total, el año pasado, la labor social de la Iglesia católica atendió a 1,5 millones de personas en España y a otros 1,5 millones a nivel internacional.
Para atender a estas personas en situación de vulnerabilidad, la organización ha invertido un total de 353 millones de euros, un 21 por ciento más que hace cinco años. Las aportaciones privadas supusieron el 73 por ciento de los fondos (256,5 millones) frente al 27 por ciento de fondos públicos (95,5 millones, 8 millones más que en 2016).
Además, ha contado con el trabajo de 83.951 voluntarios, casi 6.000 más que hace cinco años, y de más de 5.000 trabajadores remunerados.