MADRID, 25 Feb. (EUROPA PRESS) -
El delegado del Gobierno contra la Violencia de Género, Miguel Lorente, afirmó hoy citando distintos estudios internacionales que entre el 62 y el 80 por ciento de las mujeres que ejercen la prostitución han sido violadas, un 73 por ciento ha sufrido agresiones físicas, ocho de cada diez han sido víctimas de incesto y en un 67 por ciento de los casos, sufren estrés postraumático.
Lorente, que participó en las Jornadas sobre la Trata de Mujeres con fines de Explotación Sexual organizadas por la Federación de Mujeres Progresistas en Madrid, apuntó además, que las mujeres prostituídas tienen una mortalidad 40 veces más alta que quienes no lo han sido y señaló que en siete de cada diez casos, estas mujeres tienen hijos, el 20% de los cuales viven con ellas.
Para Lorente, "no cabe duda" de que la trata es una manifestación de violencia de género porque afecta a las mujeres por el mero hecho de serlo y apuntó que "aunque pueda parecer" que estos delitos están excluídos de la Ley Integral contra la violencia machista, en realidad el texto los reconoce como tal en su preámbulo, aunque luego "se centra en el ámbito de la pareja".
Según explicó el experto, "a diferencia del tráfico de drogas o el de armas, el tráfico de personas es el único que tiene un respaldo cultural y es percibido como que no mata" y que "al único al que perjudica es a la propia mujer", como "ocurre en la violencia de género, cuando no se percibe como problema social" sino de mujeres en circunstancias concretas.
LAS MAFIAS ESTÁN DENTRO DEL SISTEMA
En su opinión, esto es así porque las mafias que trafican con mujeres "tienen cierto sentido dentro del sistema", que está marcado por la desigualdad y que está pensado para "satisfacer las necesidades de los hombres".
El delegado del Gobierno entiende que "la clave" está en que el negocio de la prostitución no tiene "sólo elementos de carácter criminal" sino que está dentro del sistema legal, mediante artimañas como el blanqueo de dinero, de forma no se levanta un rechazo social frontal hacia él.
En este sentido, puso como ejemplo que ante las críticas por la construcción de un macro burdel en la provincia catalana de Mataró, los responsables de los clubes de alterne argumentaban que su negocio daba muchos ingresos a los ayuntamientos.
Según Lorente, desde otra perspectiva no tendría explicación que cuando más medios hay para luchar contra la violencia sobre las mujeres, cuando más rechazo hay hacia la esclavitud, más redes de trata aparezcan y más personas trabajen para las mismas: Entre 1999 y 2000 las mafias se incrementaron un 20 por ciento y sus miembros, un 25%.
Además, afirmó que está suscitando "mucha preocupación" que tanto las víctimas de trata como sus clientes sean cada vez más jóvenes, lo que a su juicio demuestra que "se intenta introducir a los jóvenes en esta dinámica para garantizar la continuidad" del negocio y hacerlo "siempre desde la culpabilización de la mujer: como si ella fuera la que induce al hombre".
En la charla participó también el asesor parlamentario del Ministerio de Igualdad sobre el Plan Nacional contra la Trata de Mujeres y Niñas con fines de explotación sexual, Diego Blázquez, quien desgranó el contenido del Plan Integral contra la Trata aprobado por el Consejo de Ministros el pasado mes de diciembre.
Para Blázquez, la trata además de una "negación" de la condición humana de la mujer, es "una violación absoluta de los fundamentos filosóficos de nuestra sociedad" que, según dijo, hoy afecta a más personas en términos cualitativos que cuando la esclavitud era una figura jurídica legal y socialmente aceptada.