Actualizado 01/09/2008 13:52

Expertos recomiendan a los padres ir reajustando los horas de comida y sueño de sus hijos para una mejor vuelta al cole

MADRID 1 Sep. (EUROPA PRESS) -

Cuando ya faltan tan sólo unas semanas para que los niños retomen las clases y afronten un nuevo curso escolar, diversos expertos recomiendan a los padres comenzar a reajustar los horarios de las comidas y el sueño para que la adaptación a los nuevos hábitos se haga menos dura, destacó el director del Centro Psicopedagógico Área 44, Juan José Millán.

Según afirmó este experto, en declaraciones a Europa Press, en verano es frecuente que los horarios se desajusten, "se coma y se cene más tarde, y no se madrugue". Por ello, y para evitar que a los niños les cueste más levantarse de la cama los primeros días de clase, aboga por que los padres "vayan cambiando el ritmo de las comidas y el sueño progresivamente en las semanas previas".

Asimismo, y sobre todo en los niños de primaria, "es adecuado que los padres también vayan mentalizando al niño de la dinámica que hay que empezar a retomar". Todo ello resulta más fácil si durante el verano ha mantenido el ritmo de lectura u otra actividad que impida "una relajación total y que les obligue a mantener la atención", advirtió Millán.

En función de las edades, las complicaciones a la hora de retomar las clases pueden ser diversas. Mientras que los alumnos de Secundaria --de más de 12 años-- suelen presentan más problemas por "la pereza de tener que madrugar", los más pequeños suelen presentar más problemas a la hora de retomar el ritmo de aprendizaje.

Para la psicóloga del Centro de Tratamiento de la Ansiedad y el Estrés (CETAES), Vanessa Fernández, los niños tienen mucha mayor capacidad que una persona mayor para adaptarse a diferentes ambientes, por lo que "no suelen tener tantas dificultades al volver ni sufren nada parecido a un síndrome postvacacional".

Cierta tristeza o pena, pero "más por echar de menos a los amigos que han hecho en las vacaciones o en el pueblo y no por el retorno a la situación que dejaron", son los sentimientos que más afloran en estos casos. Sin embargo, la ventaja de los niños es que "hacen ilusión con todo" y lo normal en ellos es que "tengan ganas de reencontrarse con los compañeros", añadió en declaraciones a Europa Press.

De hecho, cierta reticencia al regreso podría relacionarse con algún problema relacionado con su entorno escolar, bien por falta de adaptación, deficiencias de aprendizaje o problemas en las relaciones sociales con sus compañeros o los profesores.

LOS PADRES DEBEN ESTAR ATENTOS.

En estos casos de "fobia escolar", Juan José Millán recomienda que los padres no duden en ponerse en contacto con el profesor-tutor del niño así como "estar atentos y un poco más encima de sus hijos" para ver que les pueden contar de su día a día en el colegio.

Estos casos suelen ser más habituales cuando el niño cambia de centro y hay una falta de adaptación a sus nuevos compañeros. "En estos casos, se puede observar si las relaciones sociales del niño son distintas a las de otros años y ver con qué ánimo cuando vuelve a casa", explicó este experto.

De hecho, en el centro pedagógico que él mismo dirige es frecuente que en septiembre haya un ligero repunte de nuevas visitas, ya que "muchos padres creen que su hijo necesita un refuerzo al comenzar el curso".