Expertos atribuyen la tasa de paro inmigrante a la población que ya estaba en España y no a la destrucción de empleo, que se producirá a partir de este año
MADRID, 4 Mar. (EUROPA PRESS) -
El año pasado se redujo la cifra de autorizaciones iniciales de residencia y trabajo por primera vez en más de una década, al registrarse una caída de 50.000 nuevos trabajadores inmigrantes respecto de 2007, según explicó hoy la secretaria de Estado de Inmigración y Emigración, Consuelo Rumí.
Además de haberse producido una reducción en las autorizaciones iniciales de trabajo, la secretaria de Estado señaló una caída en la llegada de inmigrantes mediante la reagrupación familiar. En total, en 2007 entraron en España por esta vía 30.000 personas menos que un año antes, cuando fueron en torno a 128.000 los extranjeros reagrupados.
"Es la primera vez que notamos este descenso, todavía tenue, pero descenso. Siempre he sostenido que el factor de atracción más importante que tenía este país era la posibilidad de trabajar. Si evidentemente esa posibilidad desciende, tiene que verse afectada la llegada de trabajadores", afirmó Rumí en declaraciones a los medios tras la presentación en Madrid del Anuario de la Inmigración en España 2008.
El trabajo, editado por los expertos Eliseo Aja, Joaquín Arango y Josep Oliver Alonso, ofrece una visión multidisciplinar del fenómeno de la inmigración en España entre el cuarto trimestre de 2007 y la misma fecha de un año después, bajo el título 'La inmigración en la encrucijada', en referencia a la situación de este colectivo con la perspectiva de cambios legislativos y la crisis económica de fondo.
MÁS PARADOS, PERO SIN DESTRUCCIÓN DE EMPLEO
Sobre este asunto, el catedrático de Economía Aplicada Josép Oliver, explicó que durante el periodo analizado, se produjo la incorporación de unos 450.000 extranjeros a la población activa de España, muchos de los cuales "pasaron a engrosar" la tasa de desempleados porque durante ese periodo no se crearon tantos nuevos empleos para ellos.
Estos extranjeros que "en su mayoría" ya estaban en España y que se incorporaron a la población activa por cumplir los 16 años o conseguir el permiso de trabajo al cabo de un proceso de reagrupación familiar, son los que ahora impulsan, según Oliver, la tasa de desempleo entre el colectivo, ya que durante el periodo analizado, no se produjo una destrucción significativa de puestos de trabajo inmigrante.
"En 2009, la tasa de parto inmigrante va a seguir creciendo porque no veo fácil que se reduzcan de manera intensa las entradas en el mercado de trabajo, y como creo que se va a producir alguna destrucción de empleo en la inmigración, va a continuar aumentando la tasa de paro", vaticinó el economista.
CAMBIOS LEGISLATIVOS
En cuanto a la perspectiva frente a los cambios legislativos, el catedrático en Derecho Constitucional Eliseo Aja, plantea en el Anuario de la Inmigración que no es necesario modificar la legislación de extranjería en lo que concierne a la contratación de extranjeros porque es flexible, ni la lucha contra la inmigración ilegal, sobre la que sólo habría que profundizar.
Sin embargo, señaló que sí son necesarios cambios para la integración real de los cinco millones de extranjeros que viven en España, como el reconocer su derecho al voto, lo que en su opinión debería hacerse modificando la Constitución para eliminar la cláusula de reciprocidad por la que no puede votar un extranjero cuyo país no autorice el sufragio a los españoles que allí residan.
A su juicio, "es un atraso" mantener esta condición, porque creará "desigualdades entre los propios extranjeros" y limitará al diez por ciento el número de posibles nuevos votantes, que ascienden, según dijo, a 1,2 millones de personas.
Otro de los "desafíos pendientes" según Aja, es la coordinación y entendimiento entre el Estado y las Comunidades Autónomas, pues son ellas y sus ayuntamientos quienes finalmente ejecutan las políticas de integración. Esta relación "es de los sistemas más deficitarios y no acaban de funcionar bien", apostilló.